¿Pueden unos dibujos hacer que los niños coman más sano?

Foto: Emma García para La Gulateca

Que la alimentación en muchos comedores escolares deja bastante que desear no es ningún secreto. Tampoco lo es una de las principales causas: la externalización del servicio, en manos de empresas de catering, frente a los colegios que apuestan por cocina propia.

Una asignatura pendiente, que en algunos países alcanza cuotas realmente dramáticas, y que tiene mucho que ver con el aumento de la obesidad infantil en los últimos años. No, no se trata de que los niños aprendan a comer en el colegio -algunas nociones de nutrición en las clases tampoco serían una locura, la verdad- pero sí que se ofrezca en los comedores una alimentación sana, equilibrada y con sentido común.

Vaya, que la pizza no sea considerada como verdura por llevar salsa de tomate como, cuenta la leyenda, ocurre en colegios de Estados Unidos o Inglaterra. Aunque en España, por suerte, la situación no es tan grave, tampoco es mala idea tomar nota de algunos estudios realizados respecto a la actitud de los pequeños a la hora de elegir menú.

¿Galleta o fruta? La respuesta es obvia. Posiblemente en la mayoría de los adultos también, pero en el caso de los niños no hace falta realizar un gran estudio sociológico para deducir que las galletas ganarían por goleada. Concretamente, un estudio realizado en el estado de Nueva York hace ya unos años, pero recientemente revisado y vuelto a publicar, habla de una proporción de 80-20 en favor de las primeras.

¿Y si en la ecuación intervienen dibujos? Es decir, ¿qué ocurre si la fruta se presenta de una forma más atractiva convirtiendo, por ejemplo, unos plátanos en personajes de los Minions, o a las manzanas se les colocan pegatinas de Elmo, como en el citado estudio?

Pues que, según datos de este informe, la elección de la fruta casi se duplica, pasando de un 20% inicial a un 38% en la versión decorada. Efectivamente, las galletas siguen ganando con más de un 60%, pero si jugamos a ver el vaso medio lleno no está nada mal pensar en que el doble de niños eligen la fruta de esta manera.

Trasladando el experimento al ámbito local y de forma mucho más reducida, la verdad es que los plátanos-Minions también triunfan en casa y en el colegio. «Pueden hacer que coman mejor, pero sobre todo si es una fruta que ya les gusta», coinciden en señalar la mayoría de padres consultados en esta improvisada encuesta.

¿Tanto como para ganar a unas galletas? Aquí la cosa se complica, aunque muchos aseguran que sin duda este tipo de juegos pueden ayudar a convertir la fruta o las verduras en algo más amigable. Otros, sin embargo, apuestan por evitar este tipo de trucos y centrarse en la educación nutricional y en enseñar a los niños a comer y a probar de todo.

Aunque, pensándolo bien, tal vez la pregunta del millón sería qué pintan unas galletas en el comedor del colegio.

2 COMENTARIOS

  1. El niño como que sus padres le dan de comer y con inteligencia de sus padres aprende a comer de todo, padres fast food tienen niños fast food.Asi de facil lo que el niño aprende en casa, o no aprende, el resto es marear la perdiz sin sentido.

  2. Totalmente de acuerdo con wert.
    Son los padres los que deciden qué comen y qué no sus hijos, lo demás puro marketing,
    Si uno no quiere que sus hijos coman comida busura, no se lo permiten y punto.
    Cuando sean adultos, evidentemente harán lo que les de la gana.
    Cuando son niños, su educación integral depende de los padres no de unos dibujitos.

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