¿Preparado para pagar más por el café? Los precios alcanzan máximos históricos

En plena subida de precios de la gasolina y la electricidad -y del cristal, del papel, del transporte…- tenemos otra mala noticia: el café ha triplicado su precio en los últimos años, y en las últimas semanas ha alcanzado máximos históricos.

Los precios más altos de la última década, alertaba hace unos días Bloomberg mientras también hablaba de escasez y problemas de suministro. El clima, las malas cosechas y los costes más elevados de logística unidos a la especulación de esta materia prima -que cotiza en el mercado de futuros- se citan como las causas habituales de esta escalada de precios.

Algo que si no se ha notado ya en la taza o el supermercado, lógicamente acabará ocurriendo. Y es que con el café ocurre algo curioso.

Por un lado es uno de los productos que más margen de beneficio deja a la hostelería. Al menos eso dicen los productores de café, normalmente muy enfadados cuando un bar o cafetería racanea unos céntimos para poner café de peor calidad, no cuida el agua o el mantenimiento de la cafetera.

Y paralelamente, las diferencias de precio entre unos locales y otros pueden ser enormes. No hablamos solo de zonas o terrazas que cobran lo que quieren, sino que mientras en algunos sitios resisten con el café sobre el euro, en las cafeterías de especialidad es raro pagar menos de dos euros por cualquier café, al menos en las grandes ciudades.

Y pese a que el precio de la taza de café suele ser un tema sensible para muchas cafeterías y sus clientes habituales, todo hace pensar que quienes no hayan subido el precio tendrán que hacerlo en breve.

En las tiendas de café es algo que ya se ha notado para el cliente final -nuestro café en grano habitual ha pasado de 20 a 24 euros el kilo, por ejemplo-, y aunque las grandes marcas industriales juegan con más márgenes y stock, acabará repercutiendo también esta situación del mercado en el precio.

Ya hace unos años el máximo responsable de Illy daba la voz de alarma asegurando que, con el ritmo actual de consumo y producción, en 2040 nos quedaríamos sin café. Respecto al precio, hay poco que discutir: a 6 u 8 euros el kilo, ni el producto puede ser bueno ni, lo que es peor, se puede pensar en unas condiciones dignas para los productores.

Al final, llegamos al punto de siempre: ¿Llegará esta subida de precios también a quienes cultivan el café y lo recogen, o se perderá, como casi siempre, por el camino?

3 COMENTARIOS

  1. Si la subida fuera acompañada de una subida de suelo a los que trabajan el café que son los que más mérito tienen, al menos me sentiría mejor…

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