Pena, envidia y pereza. ¿Qué opinan de ‘MasterChef Junior’ los que normalmente no lo siguen?

¿Pero MasterChef Junior no era un formato navideño para niños que tenía que haber terminado hace un par de semanas? Aunque el sentido común podría hacer pensar eso, ya se sabe que los programadores de televisión se rigen por sus propios -y discutibles- criterios. Este año tocaba versión Celebrity, así que a la porra el espíritu navideño y que la edición Junior acabe a mediados de enero.

Pero no pasa nada. 17 de enero, una de la mañana, y niños cocinando en la televisión en un programa supuestamente dirigido también a los pequeños. Lo hemos repetido tantas veces que da casi pereza volver a poner cara de escandalizados.

De todos modos, como Jordi Cruz nos explicó en su momento, el programa está pensado para que los niños puedan verlo -a través de las repeticiones o en la web- en fin de semana o en cualquier otro momento. Que los que estén más enganchados puedan o quieran esperar, ya es otro tema.

El caso es que MasterChef Junior 4 ya tiene ganadora. Paula consiguió convencer al jurado en la final de anoche y convertirse en la vencedora de esta cuarta edición. Una entrega en la que da la sensación de que, pese al guión habitual,  ha tenido menos tirón. Tal vez sea cosa de la resaca de la versión Celebrity, cuyos concursantes, por cierto, también se asomaron al último programa. Loles León sigue cantando, nos tememos.

Ha habido alguna pequeña polémica, niños más o menos simpáticos y repipis, una futura estrella internacional -el glotón de Jefferson ya hace sus pinitos en la televisión británica- y, como siempre, muchas buenas intenciones y mensajes sobre lo importante que es pasarlo bien y participar. En todo caso, la audiencia ha respondido bien, sobre todo en Navidades. Y, no nos engañemos, eso es lo que cuenta.

¿Nuestra opinión? La de siempre, así que esta vez se nos ha ocurrido trasladar la pregunta a amigos y familiares que normalmente no siguen MasterChef pero han acabado viendo algún programa o simplemente cachos sueltos practicando zapping. No conocen a los protagonistas, no se saben las polémicas, no tienen favoritos… Simplemente han puesto la tele y había niños cocinando.

«Qué pena, pobrecitos” es posiblemente el comentario más repetido. Si los lloros son un clásico de todos los MasterChef, es normal que en la versión Junior sean incluso más habituales. Anoche, reloj en mano, apenas había pasado media hora y ya teníamos lágrimas en pantalla. Sin contar las de emoción por la presencia de los padres.

Y es que en el contexto y ritmo de las pruebas, el llanto puede tener su gracia dentro del guión. Incluso para los espectadores habituales seguro que es ya algo normal. Pero no opinan lo mismo los que de repente se encuentran en la pantalla a un pequeño llorando porque no le sale algo, por el estrés de no llegar a tiempo o porque sencillamente le han mandado para casa.

Esfuerzo y competitividad son palabras que también suenan muy a menudo cuando se habla de concursos con menores en televisión. Da igual las veces que repitan -padres y jurado- que lo importante es disfrutar, porque al final las prisas y la tensión es para ganar y para que, claro, otros pierdan.

Porque más allá del trabajo en equipo, al final gana uno y pierden 15. Es uno de los puntos que menos convence a quienes no se consideran ni fans ni siquiera espectadores habituales del programa, y sólo ven a chavales asomándose a la locura que muchas veces es una cocina profesional.

Aquí nos topamos con opiniones enfrentadas, desde los que aseguran que al fin y al cabo la vida se parece a eso, hasta los más radicales que piden que se quite la custodia a los padres que permiten que sus hijos vayan a la tele a pasar esos malos ratos. 

“¿Para qué? ¿Para que aprendan a cocinar o para que sean estrellas de la tele y ganen dinero?”, se pregunta una amiga, madre de dos hijos y que asegura que jamás se prestaría a algo así. Por no hablar, por cierto, de esas cuentas de Twitter que, por muy tuteladas y gestionadas por adultos que estén, se supone que no pueden ser de menores.

No obstante, también hay quienes se quedan fascinados con la destreza entre fogones de estos pequeñajos. Y es que si tu máximo reto gastronómico es tener un tupper comestible para llevarte al trabajo, ver como los finalistas de 10 y 12 años son capaces de casi reproducir un plato de Quique Dacosta, un menú de Diego Guerrero o un postre de Jordi Roca, no es algo fácil de asumir o entender.

Pena, envidia de lo bien que cocinan y, claro, también cierta dosis de pereza. Y es que, aunque los fans no se den cuenta de ello, aguantar casi 3 horas de programa con un guión más previsible que un calendario, no es algo que todo el mundo esté dispuesto a soportar. Por mucho ritmo que se le intente poner al asunto y entrañables que sean los niños. ¿Pero por qué dura tanto? ¿Por qué acaba tan tarde?, nos preguntan como si nosotros tuviéramos respuestas.

Que sí, que MasterChef Junior es televisión, con su correspondiente dosis de espectáculo y negocio. Funciona así y no hay mucho que discutir aunque, como siempre, la presencia de menores en televisión hace que todo chirríe un poco más, por mucho buen rollo y espíritu de aprendizaje que haya.

Posiblemente dentro de un año, cuando MasterChef Junior 5 acabe a la 1 de la mañana en a saber qué fecha de enero, por aquí estaremos haciéndonos las mismas preguntas. Es ya parte de la tradición.

Y a vosotros ¿qué os ha parecido la final? ¿Y la cuarta edición? ¿Ganas de más MasterChef o necesitamos unos meses de descanso?

15 COMENTARIOS

  1. Para mi son niños programados por los padres, creo que no son niños que hayan disfrutado de una infancia normal. Algunos creo que igual que hay padres que los encaminan por los deportes, estos los programan por la cocina por labrar un futuro desde bien abajo. Algunos ya habían ido a los cursos de verano del programa

    Espero que todos ellos acaben siendo felices haciendo lo que más les guste y no descubran que llevan años haciendo lo que les gusta a los padres

  2. vaya rollo de programa.
    por supuesto que no lo sigo. ya tuve que ver alguno en otras casas.
    los ristomejides de turno, los cizañeos de guión, la dramatización, el alargamiento innecesario…
    zzzzzzzzzzzzzzzzz.
    por suerte, cada uno es libre de verlo o no verlo y hay muchas más opciones, en la tele o sin la tele.
    saludos

  3. Pues yo opino que está bien ver concursos de niños. Nos recuerdan a nuestros hijos, y vemos el programa en familia. La televisión debería pensar más concursos orientados a la familia, de calidad claro, porque ya tenemos los chorra-concursos de los canales infantiles pero sus pruebas son muy tontas.

  4. Sólo habria que ver el perfil psicológico de esos padres modernos de feria, que se les cae la baba porque su niño aparece en tv, sólo lo vi una vez y obligado pues a mi tia politica le encanta y para no fastidiar le dejé puesto. Mi impresión fué la de ver a niños insoportables que querian ser graciosos sin serlo donde aprendían que hay que ser mejor que el otro como sea en lugar de ser uno mismo. Mas vale que hagan concursos de preguntas y respuestas con niños de vez en cuando, no les hará mal mejorar su cultura, que falta hace. Pero de este tipo, NO. La moralidad en la tv siempre estará en duda, importa la audiencia únicamente sacrificando lo que haga falta.

  5. Estos niños ni me quitan el sueño ni pensaré en ellos durante un segundo de mi vida. Los que me preocupan son los cientos que podrían comer con lo que tiran en ese programa.

  6. Las versiones adultas si me gusta seguirlas, las de niños no las soporto suelen ser repipis y resabiados, lo vería bien si fuera más dirigido a los niños pero con esos horarios está claro que no lo es, al final es un poco de explotación

  7. Muy de acuerdo con Miguel Angel en todo.
    Ni son horas para los niños prodigio entre cacerolas, ni creo que sea oportuno exponerlos a la fama, ni la realidad es un concurso con premio.
    Los niños deben ser niños, con su natural ingenuidad y sus vivencias entre iguales.
    Nunca querría tener un hijo famoso.
    Soy de esfuerzo y preparación académica normalizada en su justo momento y soy de muñecas, balón, patio de colegio y excursiones escolares.
    P. d. No sigo, pero leo algo del gentío concursante del Máster Chef.

  8. Encuentro bien el programa pues cocinar es una buena alternativa laboral para el futuro….. Ademas los niñios entienden que ha de haber una alimentacion equilibrada y sana…………Y son niños que saben más que muchos adultos……………..Estos niños serán los adultos del futuro y va muy bien que se enteren cuales son las proporciones justas y que aprendan que comer es un acto de placer , necesidad y sanidad…………….

  9. No hay nada más tonto que enseñar alta cocina a los críos.
    Primero, nada de concursos y menos a esas horas. Aprender cocina normal, sí. Hacer una tortilla de patatas, una sopa, freír un filete. Cosas que se coman todos los días. La comida no es juego ni un juguete, es mejor aprender a nutrirse que enseñar a poner colorines y apariencia en un plato que solo da de comer a un diente.

  10. Después de leer los comentarios, queda claro que os encanta T5 y sus programas de tele-realidad 365 días con sus 24 horas, se os nota en la cara

  11. This is extremely helpful info!! Very good work. Everything is very interesting to learn and easy to understood. Thank you for giving information.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí