Si os habéis dado un paseo por este humilde blog, sabréis que nos volvemos locos ante un plato contundente de esos de toda la vida. Es el caso de las patatas a lo pobre. Al menos así era hasta que probamos esta renovada y mejorada versión de ese plato tan de madre.
Patatas a lo «clase media»… Pero, ¿qué invento es esto? Se trata, ni más ni menos, de una receta que asciende a las patatas a lo pobre a la categoría de plato único y aún más delicioso. ¿Por qué le habéis puesto ese nombre con tanta chispa y originalidad (ehem)? Pues porque estas patatas de pobre tienen poco. La panceta, la longaniza y el huevo (si es ecológico) las convierten en un señor plato, como mínimo, de mileurista.
La receta no es nuestra, no, es de un familiar a cuya casa deberían peregrinar todos los amantes de la cocina a probar este manjar que, si bien es muy fácil de preparar, requiere de años de práctica para alcanzar la perfección gastronómica de las del susodicho pariente. Tomen nota.
Ingredientes
- 750 gr. de patatas
- Una cebolla hermosa
- Un pimiento verde
- 5 dientes de ajo
- 200 gr. de longaniza fresca
- 200 gr. de panceta fresca
- 4 huevos de corral
- Aceite de oliva
- Laurel
- Una rama de tomillo
- Sal
- Pimienta
Elaboración
Lo primero que debemos hacer es pelar las patatas y cortarlas en láminas de un centímetro de espesor. Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana. Lo mismo con el pimiento.
En un perol o sartén honda, echamos bien de aceite, aproximadamente unos tres dedos. En este caso es mejor quedarse corto que pasarse. Si no estáis seguros de la cantidad de aceite, lo mejor es quedaros cortos y añadir si fuera necesario.
Ponemos la sartén al fuego y, cuando el aceite empiece a calentarse, añadimos las patatas y los cuatro dientes de ajo sin pelar, removemos para que se impregne todo bien y dejamos «cocer» -el concepto es que se cuecen en aceite, sí- durante unos 3-4 minutos, removiendo de vez en cuando.
Pasado ese tiempo, añadimos la cebolla, el pimiento, el laurel y la rama de tomillo. Añadimos la sal -de momento poca, ya habrá tiempo de rectificar- y una pizca de pimienta. Dejamos que se cocine durante unos 6-7 minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Mientras, aprovechamos para cortar la panceta y la longaniza en trozos.
Cuando hayan pasado esos 6-7 minutos, las patatas deberían haber absorbido buena parte del aceite. Si no es así, es el momento de rectificar: si están muy secas añadimos un poco más y si todavía hay mucho podemos quitar un poco.
Añadimos la longaniza y la panceta -si os gustan churruscaditas, freidlas antes en una sartén a parte- removemos bien y dejamos que se cocinen. Con unos 3-4 minutos bastará. Podéis subir un poco el fuego para que se doren. Pasado ese tiempo, probamos y rectificamos de sal si es necesario. Cascamos los huevos y los añadimos, de forma que queden sobre la mezcla. Tapamos el perol y esperamos a que se cuajen. Cuando estén cuajados, la comida está lista.
Recomendamos encarecidamente que sirváis a la mesa el perol. Nosotros, que somos así, comemos directamente de él. No sabemos porqué pero nos sabe mejor. Si sois más finolis que nosotros, servios en el plato. La idea es que haya un huevo por persona, así que si sois más de cuatro adecuad las cantidades. ¡Buen provecho!
La clase media lo tenemos mal y si no fijate en lo de Cataluña y en lo mio que..novela .Creo firmemente que la crisis es una confabulación mundial de los altos estamentos para que la masa social no pueda comer ni leer mi novela LAFURIA DEL VIENTO.
cLICA SOBRE MI NOMBRE
Larrosa eres un «plasta», que narices crees que pintas en este comentario, ¡¡anda y piérdete!! eres muy pesadote
Para evitar tener que gastar ese mogollón de aceite y ganar algo de tiempo, yo uso un truquillo. Cocino al vapor las patatas en el microondas dentro del estuche de silicona Lekué, que es la mar de práctico. Las patatas se cocinan pero no se desmenuzan como cuando las cocemos en agua, si no que se quedan blandas pero muy compactas. Luego basta con pasarlas por la sartén a fuego vivo para que se doren por fuera, con un poquito de aceite.
GRACIAS ALVARO¡¡
Eso sigue siendo de pobres.
Añadir cecina de León, huevo de oca, unas lascas de foie micuit y cebolla caramelizada. Unas gotas de aceite de trufa y a comer
Julia, si te molesta la propaganda del Sr. Antonio Larrosa, no la leas cuando veas su nombre, también te molestará la publicidad con imágenes, seria lo razonable en ti, ¿por que arremetes contra este señor de 77 años y no contra esa publicidad no deseada?, yo te respondo, porque lo único que haces es atacar porque otros también lo hacen, propio de necios sin personalidad. Antonio Larrosa nunca ha hecho daño a nadie y no tiene ánimo de lucro alguno, respeta a este Señor con mayúsculas, cosa que yo no hago contigo, ya ves.
Por cierto, muy buena esa receta, alguna parecida he cocinado en esos momentos de improvisación diaria.
Vaya bomba dios mío. Perfecta receta para convertir algo sano en grasa pura
La clase media debe comer garbanzos,lo decian los ricos bien alimentados.
Oh, sí; Julia tiene razón…