No sólo es el pasadoble más conocido del país, uno de los temas más tocados en directo y versionados en la historia musical de España, la banda sonora de cualquier verbena que se precie y la coreografía con la que muchos -y muchas- se habrán arrimado a las mozas -y mozos- del pueblo, Paquito el Chocolatero es también un vino.
Mientras vais tarareando ya su pegadiza melodía -a ser posible,mejor la versión original, no eso que hizo King África- un poco de historia: fue compuesta en 1937 por Gustavo Pascual Falcó en homenaje a su cuñado, que se llamaba Paco y que era -sorpresa- chocolatero. Originaria de la provincia de Alicante, esta música se hizo muy popular por allí en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque su fama pronto trascendió a todas partes.
¿Y qué tiene que ver todo esto con un vino? Para salir de dudas, hablamos con Juan Cascant, de la bodega Celler la Muntanya, y artífice de este vino musical que salió al mercado en 2011. Sí, vamos con retraso, porque lo acabamos de conocer -en Mantura, un pequeño y recomendable local del barrio barcelonés de Gracia, para más señas-, le confesamos.
Pero nunca es tarde para encontrarse con un vino que cumple con los criterios habituales de esta casa: bueno, bien de precio y además con una historia detrás. Una historia en la que el hijo del compositor de este pasodoble tiene mucho que ver: tras la construcción de una autopista por la zona, quisieron recuperar unos terrenos y transformarlos en zona de viñedos, un cultivo muy arraigado en la zona -norte de Alicante, sur de Valencia- hace siglos, pero que había quedado en cierto modo olvidado.
A partir de ahí surgió la idea de rendir un homenaje a Gustavo Pascual y dar a conocer la historia detrás de esa musiquilla que todos conocemos. Un homenaje también a la gente del campo de la zona, muchas veces ligada a la música. «Por esta zona, en todas las casas hay un músico -nos cuenta Cascant-. Dejaban la azada, se cambiaban la camisa y cogían el clarinete».
El vino se elabora con los criterios del proyecto Microviña, una interesante alternativa a las DO tradicionales, en la que la defensa de la cultura ecológica se conjuga con los derechos de los agricultores y el pago justo de la materia prima, la defensa de la cultura y la lengua de la zona -de ahí el etiquetado en valenciano- y el respeto a la naturaleza y las variedades autóctonas.
Así que, no estamos ante un vino más que busca el tirón comercial a base de una etiqueta con gancho. Y es que, más allá del citado homenaje a los músicos populares y la defensa de un sistema de bodegas alternativo, estamos hablando de un gran vino por menos de 8 euros. Las puntuaciones en los ranking internacionales más conocidos son altar, pero lo que de verdad nos importa es que su relación calidad precio lo sitúa -junto a otras creaciones de esta bodega- como una referencia a tener muy en cuenta.
Concebido a base de garnacha tintorera de la viña de Gustavo Pascual (hijo), garnacha y monatrel, este tinto tiene unos 6 meses de crianza y hace gala de su mediterraneidad con un carácter muy marcado. Un tinto festivo -describe su creador- y potente, que ahora en verano pide un poco de frescor y que, sobre todo, quiere quitarse esa capa de seriedad que rodea a este mundo. «No hace falta hacer un máster para tomarse una copa de vino», defiende Cascant.
A la venta también en la web de la propia bodega y con un éxito notable por el norte (Bilbao, Logroño, León…), pese a no ser muy profeta en su tierra, el vino Paquito el Chocolatero triunfa también en algunas regiones de Francia donde, curiosamente, este pasodoble también suena mucho en las fiestas.
Así que, cuando este verano suenen los primeros acordes de Paquito Chocolatero en las fiestas de cualquier pueblo, además de huir corriendo al bar para no ser arrastrados a bailar, tocará recordar que detrás de ese pasodoble hay una gran historia y un estupendo vino.