Operación bikini y dietas milagro, consejos para que no te tomen el pelo

Dieta
Las dietas milagro funcionan porque su objetivo no es que la gente pierda peso o adopte una alimentación más sana, sino que se gaste una buena cantidad de dinero en estos sistemas que prometen someter a nuestros cuerpos serranos a una operación bikini que los dejará listos para el desembarque playero que se avecina o que ya ha llegado. ¿Verdad que visto así tiene mucho sentido? No lo decimos nosotros, lo dice el nutricionista Juan Revenga en su último libro Adelgázame, miénteme.

Un interesante repaso a todas esas dietas que prometen lo que, tanto sus vendedores como sus compradores, en el fondo, saben que no es posible: convertir eso de adelgazar y perder unos kilos en algo fácil. Así que, ante el inminente momento de calzarse el bañador para lucir palmito en la arena, y la correspondiente tentación de querer hacer en dos semanas lo que llevamos años sin conseguir, nos hemos zambullido en las páginas de este libro para descubrir todos esos trucos que usan para vendernos la moto. O, mejor dicho, para asegurarnos que nuestras lorzas se irán como por arte de magia.

AdelgazameMientemeSu lectura es más que recomendable pero, a modo de entremés -tal vez no sea la mejor metáfora para el tema-, ahí van algunas ideas que todo el mundo que se plantee una dieta debería tener bien claras para evitar que le tomen el pelo.

Adelgazar es tremendamente difícil. No es imposible, pero sí difícil, especialmente adelgazar y mantener ese adelgazamiento a lo largo del tiempo. Si alguien te dice lo contrario o lees algún tipo de publicidad que sugiera que es fácil o sencillo -la mayor parte lo hace- recela. O has leído mal o alguien miente como un auténtico bellaco”, advierte Revenga ya en las primeras líneas del libro.

No existe una dieta milagro que realmente funcione. Es posiblemente el argumento más definitivo para acabar con tanto engaño y camelo, y sólo requiere pensarlo un poco: si existiera una dieta realmente efectiva, se sabría y todo el mundo la aplicaría, con lo que el resto dejarían de tener sentido. Si llevamos siglos de dietas que van y vienen con las modas, por algo será. “¿No crees que si alguno de estos sistemas funcionara, no haría falta preguntar qué hacer ante un caso concreto de obesidad?”

Que ninguna de estas dietas funcione significa que ésa que te has propuesto hacer porque te lo ha recomendado fulanito, lo has visto en Internet o el famoso de turno habla de ella sin parar, también es un timo. Es otro de los clásicos de quienes, pese a ser escépticos con el tema, acaban cayendo: todas son un engaño menos la suya. Pues no.

Las dietas extrañas o basadas en estupideces no son nada nuevo. En Inglaterra, Malcom Flemyng aconsejaba hacia 1760 consumir jabón, porque además de ser diurético se suponía que ayudaba a disolver las grasas. Puestos a elegir, nos quedamos con las recomendaciones de Antoine Petit que en París, allá por 1765, recetaba vino blanco y champán para adelgazar.

Las empresas detrás de estos métodos de adelgazamiento invierten mucho en marketing, así que nada es casual. Lo mismo que sus promesas son el primer síntoma del engaño (“probado clínicamente, sin esfuerzo, sin pasar hambre…”) que se vendan en farmacias tampoco es casual. No son medicamentos y por tanto se podrían vender en el supermercado al lado del chocolate y la pasta de dientes. Pero claro, siempre parece más serio si te cobra alguien con bata blanca. Otro tema, por cierto, sería plantear qué grado de responsabilidad tienen las farmacias a la hora de validar estos sistemas colocándolos en sus mostradores.

¿Hemos dicho clínicamente probado? Pues no es verdad, por mucho que sea la frase recurrente que casi todas abanderan. Tal y como se demuestra en Adelgázame, miénteme a partir de varios ejemplos, los estudios que se suelen citar, o no tienen mucho que ver con la dieta en sí, o son muy antiguos, o tienen una validez más que cuestionable.

Un ejemplo para demostrar lo absurdo de estos métodos: ‘la dieta de la alcachofa’, una de las más veteranas y conocidas. Pese a lo que podría hacer pensar su nombre, no se trata de un sistema basado en comer muchas alcachofas -a eso nos podríamos llegar a apuntar- sino en ingerir cierta cantidad de píldoras a base de concentrado de alcachofas. No sólo es que suene ridículo, es que, por supuesto, es terriblemente caro.

Pero que no cunda el pánico, porque claro que hay forma de perder kilos. Más allá de lo evidente -reducir la cantidad de calorías ingeridas y aumentar la actividad física- según Revenga la clave está en no considerar el adelgazamiento como el objetivo, sino como una consecuencia de una meta mucho más interesante: cambiar de hábitos.

Y es en ese cambio de hábitos donde entra uno de los puntos más interesantes: la importancia de la cocina en el proceso. O, mejor dicho, de cocinar uno mismo lo que come. Marcarse objetivos en este sentido (“cocinaré al menos tres días por semana” o “me llevaré comida al trabajo tantos días como mínimo”, sugiere el autor) son pequeños gestos que, a diferencia de todos esos cuentos de venta en farmacias, sí funcionan.

Y, por cierto, si pese a todo ello alguien insiste en apuntarse a las dietas milagro, aquí unas cuantas que en su día sugerimos. Sí, posiblemente la “dieta del pintxo de tortilla y la caña” no será especialmente efectiva, pero al menos te gastarás menos dinero y lo pasarás mejor que con las de la alcachofa y compañía. Y su utilidad será parecida.

4 COMENTARIOS

  1. A mi me han recomendado el Quema Grasa Thaivita, por su excelente resultado. Visto en mis amigas de trabajo y probando en mis propias carnes…jejeje…Eso si, hay que tener muy claro lo que hay que hacer y pasar por llo. No es pan comido, de eso ya me advirtieron mis compis.
    Ellas me han pasado un plan de ejercico monumental, pero que para empezar, lo hago con menos ejercicios, para abituar el cuerpo.Empiezo con 1h diaria y deberia terminar el ciclo con 2 a 3 diarias. Uno mismo va notando cuando puede apretar un poco mas y asi ir añadiendo mas ejercicios, sobre todo para las zonas mas afectadas como caderas, muslos y cintura.
    La dieta no es nada del otro mundo, esta basada en la mediterranea. Es rica y variada. Hay que respetar las 5 comidas e ir de mas a menos (cenas ligeras). Hay que beber abundante agua para estar siempre bien hidratados.
    Yo ya me e apuntado y estoy intentando a seguir lo a rajatabla, aunque me a costado acostumbrarme. Pero viendo los resultados me anima mucho a seguir con ello…

    Saludos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí