No trates a los camareros como Carlos III a sus ayudantes

En esta retransmisión minuto a minuto de la muerte de Isabel II y la coronación de Carlos III ha habido un momento que ha despertado muchos comentarios en las redes sociales. Un pequeño detalle en un momento histórico, pero que para muchos da una pista interesante del carácter del nuevo monarca británico.

Se ha hecho viral, así que a estas alturas todo el mundo habrá visto los gestos un poco feos del nuevo rey para que le despejaran la mesa. Tanto tintero y tanta pluma no dejaba apenas sitio para que el pobre Charles III firmara cómodamente los importantes documentos que tenía delante.

Pero en vez de retirar él mismo lo que le molestaba como cualquier simple mortal o pedir educadamente que alguien lo hiciera, Carlos III lo ordenó a los ayudantes que había por allí de una manera un tanto expeditiva.

Y los plebeyos, que son muy envidiosos y siempre le andan buscando las cosquillas a los pobres monarcas, no han dudado en afearle las maneras. Cabe suponer que cuando se lleva más de media vida esperando ese momento y todo el mundo te está mirando, es fácil perder los nervios. Que también es verdad que se supone que es parte de tu trabajo, pero podemos llegar a entender la tensión del momento.

Así que que mucho Windsor, mucho estudiar en Eton y codearse toda la vida con lo mejor de cada familia, y a la hora de la verdad y con medio mundo viéndole en directo no parece saber lo que mi hijo de cuatro años sí: las cosas se piden por favor y se da las gracias.

El caso es que los analistas de Twitter no han dudado en identificar el gesto no como algo casual, sino como un reflejo instantáneo que desvela la personalidad del monarca. Vaya, que no es que haya sido maleducado por los nervios del momento, es que es así como considera que puede tratar a quienes trabajan para él.

La anécdota, llamada a olvidase en breve como todas esas cosas virales que ocupan titulares y conversaciones durante un rato, me ha recordado a eso que de vez en cuando merece recordar: si quieres saber cómo es alguien de verdad, fíjate cómo trata a los camareros en un bar o en un restaurante.

Da igual si hablamos de influencers de Regional B molestando a camareras, de eruditos gastrónomos comportándose como auténticos cretinos en la mesa -de esos he visto unos cuantos en directo- o de ti, José Luis, que pagas 15 euros por un menú del día y crees que puedes hablar de cualquier manera a quien te está atendiendo. Aunque pagues 365 en DiverXO, ya me entiendes.

Los que chistan desde la otra punta de la barra del bar, los Torrente de la vida que se permiten incomodar a la paciente camarera o los que, en general, consideran que en el ticket va incluido sentirse un Windsor durante un ratito, son de la misma calaña que el nuevo rey inglés. Y encima ellos no saldrán en The Crown.

7 COMENTARIOS

  1. Muy acertada la parte final del artículo. A mi me chirría cuando en la carnicería, pescadería, restaurante el cliente llama de tú a la persona que le atiende, en muchas ocasiones de forma prepotente. Por mi parte es imperativo tratar de Vd. al empleado/a, el por favor y las gracias.

  2. Que se puede esperar de un rey con alma de tampax….en fin, quién ya provocó malos tratos no cambia, la educación no le ha servido para mucho, más que para mantener esa soberbia, aunque eso podría venirle de serie.

  3. un gesto vale mas que mil palabras. ese ha sido el principio de su final y el príncipe guillermo ya esta afilando su espada

  4. La Princesa Diana tenía razón. Los malos tratos de éste señor hacia ella, la hizo caer a terrible depresión que la llevó a descontrol emocional en su comportamiento. Es un ser petulante.

  5. Que puedes esperar de un británico???
    Son maleducados desde el primero hasta el último….

  6. Error inadmisible en protocolo y más a ese nivel. Antes de un evento de ese tipo, la situación se ensaya con personal de plantilla haciendo de rey, de fotógrafos, de primer ministro y de todo el que allí tenga que estar, y si alguien se hubiera sentado en esa mesa antes que el rey se hubiera dado cuenta de que los tinteros y plumillas se colocan siempre en la parte superior de la mesa, nunca al alcance de una corbata, puño o camisa, y mucho menos se elije una mesa donde no va a caber todo.
    Error de primero de novato… no me extraña el cabreo del rey…

  7. Buen articulo. Da verguenza ajena ver los gestos de ese individuo, pero viendo como trató a Diana no podíamos esperar otra cosa.

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