¿Puedes montar un restaurante para turistas en tu casa? Hacienda y Sanidad tienen algo que explicarte

Foto: GTres

Para algunos es economía colaborativa, ese bonito eufemismo donde entra desde una iniciativa entre vecinos sin ánimo de lucro hasta Airbnb. Para los restaurantes, una creciente y peligrosa competencia desleal. Pero lo más importante y lo que podría hacer saltar por los aires el negocio de las cenas para turistas en casas particulares es que para Hacienda se ha convertido en un coladero de ingresos no declarados.

El sistema es bastante conocido y no dista demasiado de otros negocios entre particulares en los que una aplicación se encarga, por una comisión, de gestionar reservas y poner en contacto a clientes y quienes ofrecen el servicio. En este caso, eso sí, se trata de alimentos, con lo que a los requisitos legales y económicos habituales hay que sumar los relacionados con sanidad y manipulación de alimentos. Algo que, por lo visto, rara vez ocurre.

Y es que, según recogía La Información hace unos días, el Ministerio de Sanidad prepara un Real Decreto para poner un poco de orden en un negocio que permite a algunos -así lo explicaban en el programa ¿Te lo vas a comer? hace unas semanas- sacarse unos 3.000 euros mensuales.

Ahora mismo existe cierto limbo legal tanto en la vertiente fiscal del asunto como en la puramente sanitaria, pero de algo no hay duda: los ingresos obtenidos tienen que ir con su correspondiente IVA y tienen que ser declarados.

Y es precisamente en este punto donde podrían empezar a caer las primeras sanciones o avisos de Hacienda, exactamente igual que ocurrió en su momento con los apartamentos turísticos ofrecidos por particulares.

Pero la normativa que prepara Sanidad ataca otro frente especialmente delicado: los requisitos para que se pueden elaborar y servir alimentos en los domicilios y las normas sobre higiene y calidad de los mismos.

A día de hoy, por ejemplo, muchos de los que ejercen de cocineros en este tipo de negocios no tienen siquiera el carnet de manipulador de alimentos y mucho menos están sujetos a los controles y exigencias de los restaurantes convencionales.

¿Pero qué ocurriría en caso de intoxicación o de un accidente en el domicilio convertido puntualmente en restaurante? Según las fuentes citadas por La Información, las plataformas que ejercen de intermediarios tendrían que hacerse cargo, pero también los anfitriones deberían disponer de un seguro de responsabilidad civil. ¿De verdad que una compañía de seguros cubrirá una actividad que no está legalizada y que se desarrolla en un espacio -el domicilio- que se supone no está pensado para ello?

Pese a que desde una perspectiva de libre de mercado seguro que no faltarán los que acusen al Estado de poner zancadillas a las iniciativas privadas, parece evidente que algo chirría en este negocio.

Porque no, no es lo mismo organizar una cena para amigos en tu casa que ofrecer cuatro días a la semana y por 50 euros por persona una noche de tapas y paella en la terraza.

Y, por cierto, además de Sanidad y Hacienda, seguro que tus vecinos también tienen algo que decir sobre eso que llamas «economía colaborativa».

4 COMENTARIOS

  1. Los ingresos de esas cenas se cobran en cuenta bancaria a través de la propia página web.
    Hacienda tiene acceso a esos datos de manera más fiable que cuando un restaurante te saca la cuenta y esta se paga en efectivo.
    La comida seguramente esté en mejor estado que en muchos restaurantes, ya que no se puede esconder la cocina en una casa y es como si invitases a tu casa a un grupo de amigos. Recordemos el caso del restaurante El Riff en Valencia (Con estrella Michelin).

  2. ‘seguro que tus vecinos también tienen algo que decir sobre eso que llamas “economía colaborativa”’

    ¡Anda!, será que los restaurantes y los bares «legales» no molestan; eso sí, para ellos todo son facilidades, y frente a ellos no hay nada que hacer. En este país de mierda y de maleducados, su derecho a molestar a la gente decente está por encima de todo, y ni la Administración ni la Justicia nos defiende.

  3. ¡Ojalá tener el carnet de manipulador de alimentos garantizara una comida libre de toda sospecha y sobre todo de salmonelosis ! Porque lo que se ha visto en cualquier programa tipo Pesadilla en la cocina, dista mucho de ser la cocina impoluta, dentro de una normalidad de uso, cómo debería de ser el sitio donde se preparan alimentos para tantas personas.
    Lo de Hacienda, no sé cómo será el tema. Que a lo mejor haya que legislar en torno a estos nuevos negocios que van surgiendo al abrigo de Internet, pues que se pongan las pilas los señores políticos que para eso les pagamos un sueldo a todos ellos.

  4. Para estos dos entendidos en materia.
    Lo primero, si quieres jugar a los cociniñas hay una cosa que se llama montar un negocio.
    Segundo, los pisos no son restaurantes ni lugares públicos para libre concurrencia. dado que hay espacios comunes, ascensores, luces de dichas zonas etec.
    Quien paga estos gastos.
    Tercero, existe el estatuto de la comunidad que hay actividades que no se pueden ejercer en dichas viviendas.
    Cuarto y último, si tan seguro estamos que ser cociniñas es tan fácil, montar un restaurante, con una inversión de muchos, muchisimos euros, veresmos si después os hace tanta gracia que tengais esa compenticias.
    Mi definición de cociniñas es al personaje que intenta sin ninguna formación hacer un trabajo que requiere una alta formación.
    Estos si son cocineros con mayúscula y grandes profesionales.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí