Morcilla por un tubo

¿Quién no ha comprado alguna vez un vino por su etiqueta, o se ha animado a probar un producto sólo porque le ha llamado la atención en el escaparate? Y es que, aunque suene a tópico, comemos por los ojos, y muchas veces la primera impresión es la que cuenta, así que el diseño y el envoltorio juegan un papel muy importante. Posiblemente cada vez más.

Nada nuevo, aunque lo que no es tan habitual es que un producto tan tradicional como la morcilla también se apunte a esta idea. Un momento, ¿morcilla de diseño? Más bien una nueva forma de presentar morcilla y proponer su consumo: en tubo.

Morcilla por un tubo es un invento de la firma palentina Morcilla de Villada que ya lleva tiempo en el mercado. “Yo le llamo morcilla 3.0, por ser además de un packaging diferente e innovador, un producto que facilita el consumo de la morcilla, que habitualmente es más engorroso”, nos explica David Ramos, responsable de la compañía que ha revolucionado el mundo morcillero.

Pero que nadie se asuste, que tras este original empaquetado hay un producto con muchos premios por su calidad y una larga historia familiar. “Tenemos constancia que nuestra familia elabora morcillas desde 1826, por lo que somos la sexta generación en el negocio”, nos cuenta.

“Mi padre y mi abuela -recuerda- repartían las morcillas en bicicleta por los pueblos de la zona, y nosotros ahora vendemos nuestra morcilla por un tubo en países como Chile, Irlanda, Holanda y Japón, y tenemos contactos hechos para comenzar en otros países como México”.

La lista de premios que ha recibido esta morcilla de cebolla rehogada, tanto por su diseño como por la calidad del producto, es larga. No se trata sólo de un tema de presentación, sino que la idea es también acercar la morcilla a un público joven al que igual le daría pereza el formato tradicional. Se puede comer fría o calentar en el mismo envase al baño María, o al microondas en un minuto, y en su web ofrecen unas cuantas recetas e ideas para improvisar platos y tostadas en un momento.

Además de esta original morcilla en tubo, la compañía también cuenta con otros productos innovadores como la crema de morcilla, una versión sin sangre (morcilla ecuménica, apta para Testigos de Jehová) y morcilla sin gluten. Pero la cosa no queda ahí porque, según apunta Ramos, desde el año pasado también se han lanzado a la carretera con La Morcillería food truck.

Comida callejera en la que la morcilla es la protagonista en platos como la lasaña de morcilla, las croquetas de morcilla o lo que parece también una declaración de intenciones: Morcilla devillada con cojones, a base de morcilla y huevos fritos.

¿Quién dijo que con los productos tradicionales no se puede innovar?