MasterChef 11: historia de una decepción en tres actos

Ahora que ya estamos en el ecuador de esta edición de MasterChef, es un buen momento para repasar lo que ha dado de sí hasta ahora. De entrada, darles las gracias a la cadena y la productora, porque con esta nueva edición han hecho que no nos vayamos a dormir tan tarde los lunes, sino que trasnochemos también los martes. Todo un detalle.

Dicho esto, y como siempre nos gusta hacer, recordemos las palabras de los jueces aquel primer día del programa en el que, ante el Palacio Real de Madrid, y con un megacasting de 500 aspirantes, se llenaban la boca con aquello de “la selección de candidatos más ambiciosa de nuestra historia”.

Es una frase que siempre nos resulta curiosa… ¿cómo serían, y cómo cocinarían, los 70.000 candidatos, si acaba entrando un tiktoker de 18 años que no sabe ni pronunciar correctamente el verbo cocinar?

La broma del tiktoker

Pero que Luca no está en el programa por sus dotes culinarias es más que evidente. Suponemos que les debió parecer en su día un buen camino para llegar a un público al que ni la televisión tradicional ni mucho menos Televisión Española llegaría jamás. Pero la broma se ha alargado ya demasiado. 14 programas y aún sigue dentro, cuando sigue sin saber coger ni una sartén.

Pero volviendo al tema del casting, mira que es curioso que, repetimos, entre 70.000 candidatos, entre los 30 mejores cocineros (se supone que se elige por los platos, ¿no?) haya uno con una madre prostituta y toxicómana, que ha pasado hasta por un centro de menores; un cura; la hermana de Jaime Alguersuari; un chico que ha sufrido anorexia nerviosa y bulimia; y hasta una enciclopedia con patas sobre MasterChef. Y eso por poner solo algunos ejemplos. Realmente, qué suerte la suya.

Pero, de todos ellos, sin duda es Merce (la enciclopedia) la que más nos ha interesado. Hemos seguido su paso por el programa con especial interés. Tener a una gran fan de MasterChef en el programa era sin duda una buena manera de ver “desde dentro” el formato. Y, desde luego, no nos ha defraudado. Lamentablemente, sospechamos que a ella sí.

No hay más que seguir su evolución en el programa para entender que las cosas, en televisión, nunca son lo que parecen. Merce entró con toda la ilusión con la que se entra en un sitio del que eres fan número uno. En este caso, un programa del que has seguido absolutamente todas las ediciones: seniors, juniors, celebrities, abuelos y programas especiales en días de guardar. Todas.

Merce y Luca

Su emoción al inicio era más que evidente. Además, tenía siempre su as en la manga: como ha visto todos los programas, siempre sabía qué prueba podía tocar y ayudaba a sus compañeros para orientarlos sobre por dónde podían ir los tiros. Sin embargo, conocer el programa, no la ayudó a cocinar mejor. O, al menos, así se fue viendo a lo largo de las semanas.

Si bien empezó cocinando como cocina alguien que está más que acostumbrado a hacerlo en su casa para su familia, lo cierto es que, con el paso de los días, sus platos iban teniendo cada vez más críticas de los jueces y su estado de ánimo bajaba casi al mismo ritmo que bajaban las críticas.

Así, quien entró dispuesta a vivir la experiencia de su vida, se fue amustiando con el paso de las semanas. No había programa en el que no llorara y, según decía, la convivencia en la casa no era buena. Sus compañeros tampoco es que la apoyaran mucho. De hecho, ha sido objeto de deseo de expulsión para algunos de ellos, especialmente para Luca.

Pero es que, desde el programa, tampoco le han puesto las cosas fáciles. Y como si de una broma pesada (doble, en este caso) se tratara, ellos mismos le dieron la estocada final.

Todo explotó en plató, cuando Merce explicó que había sido objeto de una broma pesada en la casa por parte de Camino, que le había echado un montón de picante en la sopa. Camino intentó defenderse diciendo que el plato no era para ella, pero Merce no quiso ni escucharla ni aceptar sus disculpas porque, según ella, no era la primera vez que era objeto de burlas en la casa, especialmente -de nuevo- por parte de Luca.

Los jueces, por supuesto, le dedicaron un buen rato al tema. Están demostrando, especialmente este año, que eso de escarbar no se les de nada mal. Y cuando parecía que ya habían acabado de exprimir la naranja, viene la presentación de la prueba de expulsión: ni más ni menos que con chiles. Toda una prueba alrededor del picante, para escarnio público de Merce que, obviamente, tuvo que probarlos, y aguantar las risas de su amiguito Luca desde el balcón. “Me han hundido”, decía Merce a cámara.

Pues sí, lo hicieron. En el programa siguiente, expulsada. Merce no fue capaz de remontar una situación que, estamos seguros, para ella ha sido más dolorosa que para ningún otro. Porque la tele, desde dentro, siempre decepciona, pero cuando vas con toda la ilusión a vivir la que tú crees que será la experiencia de tu vida, la caída puede ser estratosférica. Y si está la tele por medio, además, con retransmisión incluida.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí