Los cereales bio con un 25% de azúcar y buena nota en ‘Nutri-score’

Lo peor de la industria alimentaria concentrado en unos pocos segundos: productos ultraazucarados para niños, uso de reclamos infantiles para alimentos poco sanos, la etiqueta bio e ecológico para intentar hacer parecer como saludable algo que no lo es, y la perversión del Nutri-score que, en teoría, iba a servir de guía a los consumidores a la hora de hacer la compra y esquivar los alimentos menos saludables. No está nada mal para 16 segundos.

Y es que, tal y como explica Miguel Ángel Lureña en su más que recomendable cuenta de Twitter, este anuncio contiene algunas de las claves que explican por qué comemos tan mal. En este caso son los cereales Chocapic en su nueva versión bio, pero en realidad el lineal del supermercado está repleto de ejemplos similares: productos que evidentemente están muy lejos de ser sanos pero que, pese a ello, intentan disfrazarse como tal y, lo que es peor, apuntan sin ningún complejo al mercado infantil.

Lo de la etiqueta «bio», por sí sola, ya daría para muchas reflexiones. Por si a estas alturas no había quedado claro que «ecológico» no significa necesariamente más sano o mejor, aquí tienen otro gran ejemplo. ¿Qué significa que unos cereales del desayuno repletos de azúcar y con chocolate sean «bio»? Simplemente que el cereal usado para su producción tiene esta etiqueta. Punto.

Y es que por muchos campos de cereales que le pongas al asunto y por mucho que juegues con lo de natural, resulta que estos cereales -como la inmensa mayoría, insistimos- tienen nada menos que un 25% de azúcar. Pese a ello, los bajos niveles de sal y grasas saturadas y el aporte de fibra o proteína puntúan a su favor y le permiten conseguir un B en esta escala Nutri-score.

Que la marca lo use como parte de su publicidad deja claro que se ha calculado todo al milímetro para obtener esa puntuación y usarla como argumento de venta. Pero, lo que es más importante, ese B del denominado semáforo nutricional no significa que estos cereales con chocolate sean ni sanos ni recomendables, recuerda @gominolasdepetroleo.

Mención aparte merece el packaging usado para un producto orientado a los más pequeños y que recurre a dibujos y, en muchos casos, a personajes conocidos para hacerlos más atractivos. La normativa en países como Chile, donde este tipo de publicidad y diseños está prohibido, muestran claramente el camino a seguir.

La única buena noticia de todo esto es que los responsables de Nutri-score parece que empiezan a ser conscientes de lo que muchos llevan denunciando desde el minuto uno: el sistema tiene graves deficiencias y la industria alimentaria no tiene reparos en usarlos para hacer pasar por saludables productos que están muy lejos de serlo.

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