Lo mejor y lo peor de ‘MasterChef 6’

Dos meses y medio, un parto y 13 programas después, ayer finalizaba la sexta temporada de MasterChef. Pero tranquilos, que este es un artículo libre de spoilers para quienes no hayan tenido todavía tiempo de ver el último programa.

Con la visita de los ganadores de otras ediciones y de los chefs del restaurante Disfrutar de Barcelona -el heredero natural de El Bulli, por si alguien no está al día los temas del Olimpo gastronómico-, además de una prueba de exteriores en el mismísimo Bohio de Pepe, finalizaba una edición que arrancaba con la promesa de que el nivel culinario sería más alto que nunca.

En su día ya dijimos que eso estaba por ver. Ahora que ha acabado podemos decir tranquilamente que, como cebo, muy bien, pero que la realidad ha ido por otros caminos. Y es que una de las cosas por las que se puede definir esta sexta edición es precisamente por el descenso de espectacularidad en los platos de los concursantes.

Ha habido evolución, claro, pero nada que ver con ediciones anteriores en las que a mitad de temporada los concursantes ya se curraban emplatados a la altura del siempre archiexigente Jordi Cruz. Sin ir más lejos, aún recordamos algunos de los platos de Jorge, el ganador de la pasada edición, y en cambio de ésta tenemos que hacer un esfuerzo por recordar alguno memorable.

Pero más allá de eso, lo cierto es que hemos vuelto a disfrutar una vez más con el programa. Las dosis de diversión, mala leche, emoción y algo de cocina las hemos tenido bien dosificadas. Y, además, hemos visto ponerse la chaquetilla tantas veces a Pepe y Jordi que ya sólo por eso ha merecido la pena.

Hasta capitanes de los dos equipos han llegado a ser. Todo un lujo escuchar sus consejos y verles formar a los aspirantes que, en más de un caso, la acabaron liando por la presión que supone tener a Jordi «comiéndote la oreja» (Toni dixit) para que saques el plato ¡YA!

Lo que tampoco ha faltado en esta edición han sido las polémicas, con la ‘campanada’ de Jon en primer lugar claro. La credibilidad del programa se vio seriamente afectada con ese episodio, y es que no se puede repetir hasta la saciedad que quien se salte las normas será expulsado directamente y, cuando pasa de forma tan evidente, mirar hacia otro lado.

Ese momentazo elevó a Jon a la categoría del más odioso y odiado del programa (puesto que ya se había ido ganando semana a semana), y no sólo porque hiciera trampas él, sino porque consiguió que expulsaran a Ramón, uno de los concursantes que mejor caían al público y que más ilusión tenía por estar en el programa (se había presentado al casting desde la primera edición y no había conseguido entrar nunca). Ay Jon, ¡pero qué listo eres!

Este es, sin lugar a dudas, el peor momento de una edición que, como siempre, ha tenido sus luces, sus sombras y, claro, sus llantos.

El rabo (de ternera) de Fabio

Uno de esos momentos que bien podría pasar a la historia de la televisión más cutre y rancia es el del día en que a Fabio, el galán y guapo oficial de la temporada, le tocó cocinar rabo de ternera. Los chistes no se hicieron esperar. Que si espero que traigas el rabo en su punto, que si tenía muchas ganas de probar tu rabo, que si tampoco es tan grande, que si a mi no me gustar cualquier rabo…

Y así hasta que Samantha directamente se atragantó -con el rabo- para sorna de todo el plató. Desde aquí alabamos el estoicismo del pobre Fabio, que aguantó el chaparrón con toda la elegancia que le caracteriza.

Oxana poniendo nombre a sus platos ah!

Pese a que al inicio de temporada pensábamos que tanto los concursantes como nosotros acabaríamos de los nervios con la rusa de Gijón, lo cierto es que ha sabido meterse en el bolsillo a todo el mundo, incluido al jurado. Las explicaciones de sus platos han sido las más divertidas con diferencia, incapaz de concentrar en una frase el nombre de sus creaciones. Por no hablar de sus emplatados.

Samantha aún debe tener pesadillas con algunas de sus presentaciones. Pero al final, su intensidad y su saber hacer la han llevado hasta una merecida final, y le han hecho ganadora de un año de aprendizaje en un hotel de la República Dominicana. ¡Y nosotros que nos alegramos! Eso sí, que se preparen los compañeros del hotel porque los va a llevar a todos de cabeza ah!

Jordi, el broncas

Cierto, esto tampoco es que sea una novedad. Pero es que este año los malos rollos de Jordi con algunos concursantes han sido bastante notables. Entre los más claros, las broncas con Marina y con Toni, casualmente los dos dos valencianos de la edición, que han tenido más de un momento tenso con el chef.

Las duras valoraciones de Cruz no sentaban bien a los concursantes, ambos con un carácter, digamos, rebotón, y que tardaban bien poco en saltar para defenderse. Seguramente ese es el motivo por el que Jordi los puso en la diana desde el primer momento. No olvidemos que estamos hablando de un programa de televisión. Al final, eso sí, los concursantes siempre encontraban el momento para darle las gracias a Jordi por abrirles los ojos…

La relación de Ketty y Jordi Cruz ha sido también un tanto extraña. Sin que hayan llegado a saltar las chispas en ningún momento, lo cierto es que la tirantez entre ambos ha sido una constante, pero aquí se nos escapan los motivos reales. Eso sí, en el penúltimo programa, Jordi subió al palco para dejar claro que esas tensiones no habían sido más que una serie de malentendidos. Todo un poco raro, pero en fin, nos alegramos de que lo hayan «arreglado»…

Otro de los concursantes que también ha tenido una relación algo complicada con Jordi Cruz ha sido Víctor, pero por motivos muy distintos. Cruz le puso desde el primer día el listón muy alto. Le metió una caña brutal y, en algunos momentos, inmerecida.

Pero visto el resultado final, la realidad es que posiblemente Cruz viera en él a alguien con posibilidades reales de llegar lejos, más allá del programa de tele. De hecho, el día que fue expulsado, a Cruz le faltó tiempo para hacerle toda una declaración: «Has dicho que la cocina es tu vida. Si es así, en mi cocina no te faltará trabajo. Eras mi favorito». ¡Felicidades alcalde!

Historias de amor, miradas, declaraciones…

Pero no sólo ha habido broncas, en esta edición también ha habido mucho amor. Y no hablamos sólo del alcalde y la alcaldesa, también de esas miradas y esas declaraciones de amor entre concursantes y miembros del jurado. Y para quien esté pensando en el siempre apuesto Jordi, que se olvide. Este año la estrella ha sido Pepe. El rollito que se traía con Marina ha sido de lo más divertido. La valenciana llegó incluso a cantarle el famoso bolero: «Me muero por tener aaaaalgo contigoooo». Amor en estado puro.

Pero Marina se fue, y Pepe encontró en Oxana una nueva compañía. La rusa no ha dudado en echarle piropos al chef siempre que ha podido. Llegó incluso a decirle que a ella le gustaban los hombres con barriga. Bravo Pepe, este año le has hecho sombra de verdad a Jordi.

También los cocineros invitados han conseguido subir la temperatura del plató. Concretamente Quique Dacosta que consiguió arrancar de la boca de Ketty la gran frase «acabo de tener un orgasmo culinario». Y es que la cubana se quedó prendada del chef, de su planta, de su manera de trabajar y hasta de su impoluta camisa. «Me siento ahora mismo como cuando estás enamorada y no eres correspondida». Si Dacosta necesita ayuda en las cocinas, estamos seguros de que a Ketty le faltará tiempo para cambiar Galicia por Valencia.

La teatralización de las pruebas de exteriores

¿Somos nosotros o en esta edición se les ha ido la mano con el teatrillo en las pruebas de exteriores? Desde luego, hasta ahora no habíamos visto nada como el día que montaron un secuestro de los concursantes y el jurado, y que acabaron siendo rescatados por la Brigada Aragón I, en plena zona desértica y con tiros y helicópteros incorporados. Definitivamente, se pasaron de rosca.

Les preferimos tranquilitos, cocinando y enseñando a los espectadores que la cocina en sí ya es un espectáculo, sin tener que sumar artificios de este estilo.

La clásica emoción por la visita de los familiares

Como en cada edición, también en ésta los concursantes recibieron la visita de sus familiares. Pero esta vez había plus de emoción, porque Ketty y Oxana recibieron la visita de su madre e hija, venidas de Cuba y Rusia respectivamente, y a las que hacía tiempo que no veían. Muy a lo Sorpresa, Sorpresa, vaya.

La emoción que vivieron ambas hizo llorar hasta al apuntador: Samantha, Pepe y hasta el novio de la concursante Marta lloraban viendo las lágrimas de ambas concursantes. Incluso a Martín Berasetegui, chef invitado para la prueba, se le vio emocionado ante el reencuentro, especialmente tras la prueba. Y es que los concursantes tuvieron que cocinar esposados a sus familiares. Toda una demostración de compenetración y respeto que dio muy buenos resultados, y que hizo que Martín se deshiciera en halagos al ejemplo de trabajo en equipo que había presenciado.

Eva

Y no podíamos acabar esta recopilación sin hablar de Eva González, que dejaba el programa a mitad de temporada para ser mamá y que, pese a que cuando arrancaba aquella primera edición de MasterChef se intentó dar de ella la imagen de florero que poco pintaba en el programa, ahora que ha faltado se la ha echado mucho de menos.

Sus palabras de cariño hacia los concursantes expulsados, su emoción y sensibilidad en momentos que lo requerían y su gracia para meterse con el jurado cuando tocaba, no han podido ser sustituidas. Y pese a que los miembros del jurado lo han hecho lo mejor que han podido, ya estamos deseando que empiece MasterChef Celebrity para que Eva vuelva a ponerle «sabor al programa».

5 COMENTARIOS

  1. Lo peor

    Que la gente pueda ver este tipo de programas

    Lo mejor

    Que yo no lo he visto en mi vida ni lo pienso hacer

    Lo peor peor

    Que ese programa se mantenga con mis impuestos
    la television publica no esta para entretener perdon atontar esta para informar objetivamente al publico

  2. Gourmet television es una marca que te permite oler los platos y probarlos tambien metes la mano y sacas la comida que se ve dentro de la pantalla o eso se llama microondas lOS ENVIABA A TODOS A COMER BUEN TURRON del recien hecho

  3. Se deben de desviar unas cantidades de dinero increibles gracias a los programas espectaculo de la television publica que ni podemos imaginar y luego son todos supericos porque les pagan muy bien y los tienen muy contentos por algo sera porque todos pillan su parte de buenos beneficios a costa del contribuyente que encima ve todos esos porgamas que no tienen nada que ver con el servicio publico, como se verifican las cuentas de toda la parafernalia y demas que organizan ellos

  4. No es … a ver está claro que como en todas partes hay manipulaciones y cosas que no son como la realidad, pero a mi me parece una producción estupenda y la verdad que me encanta… es de los pocos programas que sigo viendo en televisión.

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