En el norte se come muy bien; en Londres fatal; los franceses son unos estirados en la cocina; en Italia pizza y pasta todo el rato; y, sobre todo y en mayúsculas, como en España en ninguna parte. Por suerte, muchos de estos absurdos tópicos gastronómicos -en el norte se come muy bien, eso sí que es cierto- caen por sí solos con sólo viajar un poco.
Algo que, al menos a nosotros, nos sirve para animar el siempre complicado mes de enero. Pensar en las escapadas de los próximos meses y en todos esos lugares que nos gustaría visitar a lo largo de 2016. Unos planes en los que, si la gastronomía es un factor importante -y lo es, claro- estas ocho ciudades europeas deberían estar dentro de nuestra radar.
Eso es lo que aseguran desde Booking, la web de reserva de hoteles que ha elaborado un ranking de ciudades gastronómicamente emergentes para 2016 a partir de las opiniones de los viajeros. Aunque igual no son destinos en los que pensaríamos si de lo que se trata es de descubrir la gastronomía de la zona, aseguran que este año deberíamos darles una oportunidad. Así que saquemos mapa y agenda para tomar buena nota.
1. Sanlúcar de Barrameda
Hablar de Cádiz si pensamos en una escapada en la que comer bien no es ningún gran descubrimiento, cierto. Pero según los viajeros de Booking, Sanlúcar de Barrameda tiene todos los ingredientes para ser uno de los destinos gastronómicos del continente este año. Y razones parece que no faltan.
El mar es el protagonista, con recomendaciones como los langostinos, el vino manzanilla (con denominación de origen local), el arroz con marisco, el cazón en amarillo, la sopa de tomate, el rape al pan frito o la raya a la naranja.
2. Tiflis
Volamos hasta la capital de Georgia para descubrir su cocina, mezcla de la tradición del Mediterráneo, Oriente Medio y los Países del Este. ¿Ir a Georgía por su gastronomía? Pues parece que no es un mal consejo, porque por segundo año consecutivo esta ciudad, ubicada en las colinas que rodean al río Kurá, merece un lugar en el ranking.
Probar la abundante comida callejera es el consejo de quienes la han visitado. Platos como el khachapuri (pan sin levadura relleno de queso) o un khinkali (dumplings de verduras o de carne especiada), acompañados por vino local. Aunque por aquí sea un total desconocido, resulta que estamos habando de una de la zonas vinícolas más antiguas del mundo.
3. Biarritz
¿Hace falta alguna excusa especial para escaparse a Biarritz? La elegante ciudad de la costa vasco-francesa ha conseguido situarse, a la sombra de San Sebastián, como un destino gastronómico que merece mucho la pena. El menú incluye los clásicos de la cocina vasca, y los pintxos para quienes prefieran algo más informal. Eso sí, de nuestras últimas visitas por allí, recordamos que además de ser elegante, Biarritz se cotiza bastante, así que mejor ir concienciados para evitar sustos de última hora.
4. Dubrovnik
Marisco y trufa es la espectacular carta de presentación de esta ciudad croata situada en la costa de Dalmacia y que lleva a su mesa todo el sabor mediterráneo. Por eso sus principales platos y productos nos resultan muy familiares -incluido el aceite de oliva- aunque siempre con ese toque especial que se aporta en cada región. Pescado y marisco a la barbacoa, o un risotto negro en el centro histórico, son las principales recomendaciones de quienes han estado allí y han recomendado su gastronomía.
5. Varsovia
Cocina polaca contundente, variada y a buen precio. Eso es lo que comentan los viajeros de Booking al destacar los encantos de Varsovia en la mesa, además de, claro, recomendar perderse por sus calles.
Entre los platos que merece la pena probar allí destacan los pierogi, parecidos a los ravioli, y tradicionalmente rellenos de carne, setas, queso o chucrut. Para los amantes de los locales con mucha historia, en el centro está U Fukiera, el restaurante más antiguo de la ciudad.
6. Dresde
Destruida durante la II Guerra Mundial, la ciudad alemana ha conseguido establecerse en los últimos años como un referente gastronómico del país y, por lo visto, de todo el continente. Conocida como la Florencia del norte por su arquitectura barroca, la cocina sajona y, claro, la cerveza, son aquí las protagonistas. Tomarse una en un biergarten junto al río Elba no parece un mal plan.
¿Qué probar? La carne es el ingrediente que nunca falta en diferentes platos o, como no, en su amplia variedad de salchichas. Y de postre Eierschecke, un delicioso pastel de crema de queso y pasas.
7. Liubliana
Aunque Eslovenia nunca ha sido un destino especialmente gastronómico, parece que su capital ha conseguido hacer los deberes y destacar en los últimos años en este terreno. De nuevo aquí juega a su favor el cruce y mezcla cultural de siglos, que se traduce en platos con influencia italiana y mediterránea, pero también balcánica y austriaca.
También la cocina turca está presente en su recetario, con platos como el burek, a base de masa de hojaldre rellena de feta y espinacas o carne. Otro plato que hay que probar allí es el kremna rezina, un pastel de vainilla y crema procedente de la cercana localidad de Bled, en las faldas de los Alpes.
8. Reikiavik
Paisajes espectaculares, auroras boleares… Como destino fotográfico y de naturaleza, la isla no necesita mucho esfuerzo para convencernos. Lo que no sabíamos es que la gastronomía de su capital también es ahora un motivo más para coger un avión y plantarse allí.
Como no podía ser de otra forma, el pescado es el protagonista absoluto de su cocina, con especies conocidas como el bacalao o el rape, pero también algunas más exóticas como el pescado rojo, el pez lobo o el capelán. Para probarlos, nos recomiendan dejarnos caer por la zona de Grandi, que ha pasado de ser un puerto industrial a convertirse en un barrio de moda repleto de restaurantes, como el Coocoo’s Nest -pizzas de masa fermentada y recetas ecológicas- o el Matur og Drykkur, con decoración tradicional y recetario islandés, pero con un toque innovador.
Si se tienen dudas, con solo un clic se puede averiguar que Salúcar no es de la provincia de Huelva.
Si se está seguro, o importa un pimiento lo que se escribe, puede ponerse que es de Guipúzcoa , y se queda uno tan pancho.
No es una hecho aislado, pero es uno más que da pena.
Buenos días ignorancia publicada.
Sanlucar en Huelva?????? pero qué me estás contando???? por favor, en favor a la cultura, y a Cádiz, haced el favor de corregir tal despropósito.
Suspenso en geografía y castigados contra la pared, tenéis toda la razón. Acabamos de devolver Sanlucar a Cádiz, como corresponde. Saludos
Mi pareja es eslovena, ella dice que es Kremna rezina en esloveno, no ¨cremeschitte¨ y en tal caso se escribiría cremeschnitte pero no es en esloveno.
Saludos.
Gracias por el apunte Katalambda! Corregido 🙂