Las cápsulas de café de los años 70 que se han convertido en las más sostenibles del mercado

Las cápsulas de café que han monopolizado este mercado y puesto en peligro el futuro de las cafeteras de toda la vida parecen un invento relativamente moderno, pero en realidad, antes de las que ahora se han convertido en estándar, ya había otro estándar de cápsulas: ESE (Easy Serve Espresso).

Más que de cápsulas, en este caso hay que hablar de monodosis. Inventadas por Illy en los años 70 pero planteado como un sistema abierto al que luego se sumaron otras marcas italianas com Lavazza, casi 40 años después, este formato de café se reivindica como uno de los más sostenibles del mercado.

La razón es muy sencilla: es totalmente compostable. Aquí no hay cápsula de plástico o metal ni se hace necesario un proceso de separación de los restos del café y reciclaje de la cápsula. Así lo reivindica Illy, que parece dispuesta a relanzar en el mercado doméstico estas monodosis.

En realidad, nunca han llegado a desaparecer y siempre han tenido una presencia discreta en el mercado profesional y de hostelería. Pero es verdad que la competencia es dura. Empezando por la enorme variedad de cápsulas Nespresso y de terceras marcas para este formato, así que como la popularización de cafeteras que las utilizan. Incluso Illy dispone de café en cápsulas compatibles y un formato propio –Iperespresso– que probamos hace ya años, pero que sigue siendo muy minoritario.

En este caso, solo hay cuatro variedades de monodosis (tueste natural, intenso, largo y descafeinado) y con un precio de 46 céntimos por café, que lo sitúa un poco por encima de las oficiales Nespresso para su sistema. El café es de variedad arábica y el resultado es bueno, teniendo en cuenta la rapidez y comodidad, que es lo que prima en estos casos.

Más pensada para cafés expresos cortos -como mandan los cánones- que para hacer viguerías con leche, cada una de estas monodosis viene envuelta en un envase de plástico. Algo que no parece muy compatible con el discurso de la sostenibilidad, pero es verdad que al no tratarse de un recipiente hermético como en el caso de las cápsulas sería difícil mantener el café en perfecto estado. En cualquier caso, algo claramente a revisar y mejorar.

Pero, como decíamos, nada de esto es nuevo. Las monodosis ESE existen desde hace décadas -ahora tienen la certificación de compostables- y en la gama de cafeteras Illy siempre ha habido espacio para ellas. Incluida en la mítica Francis Francis, disponible en versiones para café molido y para este formato.

Lo que si es nuevo es la cafetera Illy ESE, muy sencilla y compacta, y que trabaja con este sistema. Su precio (129 euros) es muy ajustado en comparación con otros modelos de la gama, pero de nuevo no muy competitivo para una cafetera sencilla en comparación con modelos de otras marcas para cápsulas Nespresso.

Aunque tal vez peque un poco de exceso de sencillez en su construcción y algunos detalles, es resultona a primera vista, ocupa muy poco en la cocina, y es perfecta para quienes simplemente quieran un buen café espresso en un momento. Y, de paso, saber que están usando un sistema más sostenible que otras alternativas del mercado.

Por supuesto que el café en grano o molido es la alternativa más ecológica, pero a la vista de que se ha acabado convirtiendo en algo casi minoritario en la mayoría de casas, y que al café de especialidad le queda todavía mucho recorrido para ser realmente popular, está bien saber que hay opciones a las omnipresentes cápsulas.

2 COMENTARIOS

  1. Ojalá pronto todas las monodosis de café sean compostables o cuanto menos, reutilizables.

    Desde luego esos plásticos de un solo uso deben desaparecer cuanto antes.

    Muy interesante, ¡te seguimos desde ya!

  2. Hay que ir pensando en sustituir el adjetivo «sostenible», que ahora se usa para todo. Parece que vale para un roto y un descosido…. «Ecológico» era menos pedante, la verdad.

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