La tortilla de patatas ya tiene su propio monumento en el pueblo que se atribuye el origen de este plato

¿Se inventó la tortilla de patatas en Villanueva de la Serena como desde hace muchos años repiten muchas teorías y, por supuesto, también en esta localidad de Badajoz? Pues parece ser que no. Pero eso no quita para que este pueblo ya tenga el que seguramente sea el primer monumento del mundo dedicado a uno de los platos más reconocidos de la gastronomía española.

Inaugurado hace unos días como pistoletazo de salida de la «Semana de la Tortilla de Patatas», la historia del proyecto se remonta a 2017, cuando el consistorio de Villanueva de la Serena anunció su plan de destinar 20.000 euros a este monumento. Finalmente, fue la escultura del artista local Antonio Ramos la elegida para representar el orgullo con el que en Villanueva de la Serena lucen eso de inventores de la tortilla de patatas.

Tiene unas dimensiones de unos 5 metros de altura aproximadamente, unos 4 metros el tenedor y un metro aproximadamente la peana, que es de granito, describen desde el ayuntamiento.

«Será un icono fotográfico para muchas personas, no solo de la ciudad sino también de aquellos que vengan a visitarnos”, aseguró el alcalde de la localidad durante la inauguración del monumento.

Dejando a un lado las cuestiones artísticas y que la escultura pueda gustar más o menos, seguro que se convertirá en una referencia recurrente cuando nos pongan delante una de esas tortillas mazacote que parecen hechas con hormigón. ¿Quiere la tortilla para comer con cuchara, al punto o estilo Villanueva?, podría ser la nueva escala.

Monumentos peores hemos visto en muchas rotondas, dirán algunos. Y con razón. Pero aquí el problema no es tanto lo del monumento a la tortilla, sino esa insistencia de la localidad con atribuirse el origen de este plato cuando está demostrado que no es así.

Por resumir la historia, un documento que habla en 1798 de un pan de patatas se usa como referencia para localizar en esta localidad pacense el año cero tortillero. El problema es que hace unos años aparecieron nuevos escritos que en 1767 ya hablaban de que en España es habitual el uso de patatas en tortillas.

Pese a le evidencia histórica, nada parece haber cambiado en el discurso de Villanueva de la Serena, convencidos de que a base de repetir mucho su versión acabará por ser la buena. Y tal vez eso sea verdad, porque los medios somos muy dados a tirar de Wikipedia y allí es esa historia la que sigue figurando.

Es decir, un monumento que reivindica un origen que históricamente ha sido demostrado que es cuestionable. En realidad, como el de casi cualquier receta popular que algunos insisten en situar justo en el centro de su pueblo cuando, en realidad, siempre es complicado o imposible determinar un lugar y momento exacto de la historia en el que alguien decidió empezar a cocinar un plato.