Esta pasada semana Logroño ha acogido el II Encuentro de sumilleres La Rioja Degusta, una cita en la capital del vino por antonomasia, donde las bodegas exponen sus nuevos productos y los profesionales del sector intercambian opiniones sobre un tema que, en la mayoría de casos, va más allá de la profesión y es también su pasión.
“Somos frikis del vino”, bromeaban entre botellas de añadas imposibles, sacacorchos importados del otro lado del mundo, chistes de taninos y una visión a caballo entre el pesimismo de un país que produce mucho vino pero bebe poco y la esperanza de las nuevas generaciones de sumilleres y bodegueros con ganas de hacer las cosas bien.
Asomarse a un encuentro de este nivel desde la perspectiva de un observador que, como la mayoría de aficionados, se conforma con distinguir dos tipos de vino -el que nos gusta y el que no- resulta especialmente interesante.
¿De qué hablan los expertos del vino? ¿Cómo ven el panorama del país? ¿Y el vino en los restaurantes? Libreta en mano, hemos vuelto de allí con unos cuantos datos y curiosidades que, lejos de pretender resumir la situación o las últimas tendencias del sector, seguro que sirven de tema de conversación en la barra del bar. Con una copa de vino delante, claro.
· “El gran problema es que en España no se bebe vino”, señalaba Paco Berciano -de Alma Vinos Únicos, y reconocido experto en la materia- en una de las charlas más aplaudidas de las jornadas. Los datos son realmente preocupantes, con una media que los optimistas sitúan en unos 15 litros por persona y año. Para hacerse una idea, en Portugal son unos 50 litros y en Francia rondan los 45 lo que, por acierto, allí también es una cifra que les preocupa por su descenso en los últimos años.
· Clásicos. Frente al colorido diseño de muchas de las etiquetas actuales, internacionalmente el vino español se percibe como clásico, al menos en Inglaterra, explicó Álvaro Prieto, que trabajó como sumiller en Londres, en el restaurante Amets de Arzak. De hecho, allí los vinos españoles que se producen para marcas de distribución, lucen unas etiquetas especialmente clásicas, mucho más que las que esos mismos vinos usan en España. Por cierto, el tempranillo vende en Inglaterra, aunque no tienen muy claro si es una uva, una marca o una denominación de origen.
· El vino español es barato. Demasiado, según Paco Berciano. Con un precio medio por debajo de 1,10 euros, España es el país del mundo que más vende, y más barato, incluso por delante de Chile o Australia. Una lacra para el sector -sentenciaba Berciano- teniendo en cuenta que pagar 40 euros por una botella en un restaurante nos parece mucho y pagar 12 euros por un Gin tonic resulta casi normal.
· Acercar el vino a la gente, esa es la gran asignatura pendiente. Sumilleres como Guillermo Cruz -el mejor del país este año, y parte del equipo de Mugaritz– o Juan Ruiz Henestrosa, de Aponiente, coinciden en este punto, mientras intercambian anécdotas sobre su último descubrimiento, o la exclusiva botella que algún cliente ha pedido en sus restaurantes. Pero no se trata sólo de vinos de 7.800 euros -una de las que había abierto Cruz recientemente, nos contó- sino de adecuarse a cualquier presupuesto. Contar más la historia detrás de cada vino y bodega en lugar de esas catas con referencias a olores, colores y conceptos que interesan a los expertos pero no al gran público, proponía Berciano.
· ¿Existe una visión femenina del vino o del servicio de sala de los sumilleres? Nada mejor que preguntárselo a Pilar Carvero -Mejor Sumiller 2013- y Silvia García, sumiller de Kabuki Wellington. Ambas coinciden en negar -con contundencia y cara de tener que hacerlo con frecuencia- que el género tenga algo que ver a la hora de recomendar o servir un vino. Carvero, de hecho, prefiere ver al sumiller -género neutro- como el «héroe del silencio» de la sala: tienen que estar, pero tampoco hace falta que se les vea demasiado.
· La cosecha de 1970 se conoce como “la milagrosa” -nos explicaba Carlos Echapestro, uno de los responsables de este encuentro- porque se vendió más vino del que se produjo. ¿La explicación? Considerada una gran añada, vinos de otros años se colaron en esa, algo que nos lleva irremediablemente a poner sobre la mesa de sumilleres una de las preguntas y leyendas más repetidas: ¿Es todo el vino de La Rioja realmente de La Rioja, o las uvas llegan de otro lado? La respuesta unánime -más allá de trucos que alguna bodega pueda hacer de forma puntual- es que se trata más de una leyenda urbana que de la realidad.
· Con décadas, pero muy vivos. Echapestro fue el encargado de dirigir la cata histórica de vinos de Rioja en la que pudimos comprobar cómo un tinto de 1942 seguía en perfecto estado y con una acidez que recordaba que todavía estaba vivo. Un blanco -que normalmente identificamos con un consumo más temprano- de 1962 que él mismo rescató de su bodega -y también en perfecta forma- nos recordó que los tópicos son, en ocasiones, sólo eso.
· Decantar, sí o no. ¿Pero no habría que decantar un vino con tanto años?, le preguntamos a David Robledo, del restaurante Santceloni de Madrid, y Mejor Sumiller de España en 2014. Depende de cada botella pero, frente a la creencia de que es necesario para este tipo de vinos tan veteranos, él se muestra contrario. Es un proceso muy agresivo con el vino, así que mejor evitarlo, nos explica mientras nos cuenta un secreto de sumiller: a veces, en los restaurantes, alguien que escoge una botella de precio ajustado pide que se lo decanten para que luzca más. Y es que, guste o no, en la ecuación del vino el teatro y las apariencias siguen siendo un ingrediente importante.
La elite de los fabricantes de armamentos opinan lo mismo, en Spain se asesina poco
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Cuesta entender la afición a la cerveza y destilados, por un lado, y la desafección general hacia el vino. No conozco a nadie que como yo beba vino en casa en cada comida, por supuesto que de forma moderada. Incluso mi mujer, que es extranjera y no acostumbrada a beber, ha adquirido la costumbre y es la primera que reclama el vino en la mesa. Una cerveza está bien, pero infla en exceso.
Es cierto que en España es bastante barato, pero estoy seguro de que apenas se iniciara un repunte en el consumo habría una subida generalizada de precios y yo tendría que dejar de beber.
Yo en un restaurante no suelo pedir vino,pido agua o cerveza del agua o la cerveza te pueden pedir 3 Euros, es una lastima pero no estoy dispuesto a pagar por una botella 20, 30 ó 40 Euros, 10 veces mas de lo que cuesta en un comercio, en una comida si que hay un valor añadido, pero en que te traigan una botella de vino que valor le añaden
nº 4 – Totalmente de acuerdo en que el precio de los vinos en restaurantes es disparatado y que el único esfuerzo que aportan es descorcharla. Pero no conviene pasarse, lo normal es que el precio lo multipliquen por 2 a 4 veces, eso de 10 es pura exageración.
gENTE.. ENTONCES BEBEN ORINA.
si que es verdad que el vino muchas veces dispara el precio de la comida o cena (en un restaurante) y eso te obliga a pedir agua o cerveza porque tienen que triplicar su precio o quintuplicar ? que te cobren el doble de su precio no es suficiente? es es una de las causa de que la gente no pidamos vino a la hora de comer o cenar en un restaurante, los sueldos no están para tanto dispendio, es mi humilde opinión, yo soy de las que prefieren un vino para comer que una cerveza pero el bolsillo manda la mayoría de las veces .
En Portugal se bebe mucho vino pero de pésima calidad, los gabachos al menos tienen el pico más educado. Yn aquí con la tontería que empieza ahora de la cerveza artesana cada día se bebe menos vino y no veo que sea un desgracia la verdad, decir que se debería beber más vino me parece un comentario cargado de ignorancia.