En unos meses lo descubriremos pero, mientras tanto, y aprovechando esta fiebre panarra, Ibán Yarza, el gran apóstol del pan casero de este país, ha lanzado una iniciativa que nos parece muy interesante y más necesaria que nunca: La memoria del pan.
Aunque esta web dedicada a recopilar historias y recetas alrededor del pan ya existía, ahora Yarza lanza una propuesta a los lectores y aficionados al pan en general: preguntar a las personas mayores por sus historias del pan, las elaboraciones, los usos, las características del pan que se hacía, cocinaba y compraba hace décadas.
Se trata, explica el propio Yarza, de «valorar la memoria de nuestros mayores, ponerlos en marcha, hacerlos que se sientan útiles y activos (lo cual parece algo muy positivo, tanto para estos días como en general) y, por otro lado, crear un mapa de elaboraciones panaderas, de costumbres, de cultura de pan».
Y para echar una mano a los que se animen, incluso se aportan algunas ideas sobre qué datos pueden ser interesantes sobre aquellos panes que conocieron y comían nuestros mayores.
Una oportunidad única para rescatar del olvido y conservar esa parte de la historia gastronómica del país que es su pan. Un proyecto que nos hace recordar esa maravillosa iniciativa de Los Recetarios y su plan para rescatar todos esos cuadernos y notas familiares y caseras con recetas condenadas a acabar olvidadas.
La verdad es que no hay nada como ese olorcillo a pan recién hecho por las mañanas y más si te lo has hecho tú mismo.