La guerra de los robots de cocina. ¿Es el de ‘Lidl’ una copia del ‘Thermomix’?

Si hace unos años nos llegan a decir que en 2020 comenzaría una guerra de robots, seguramente no habríamos imaginado que la batalla sería en la cocina. Pero así es, y tiene pinta de que será larga y, no sabemos si sangrienta, pero sí bastante cara. Al menos eso es lo que pretende Vorwek, la compañía propietaria de Thermomix, que reclama a Lidl un 10% de todos los beneficios obtenidos con la venta de su exitoso Monsierir Cuisine Connect.

¿El motivo? Es evidente. No solo porque la noticia ha aparecido en todas partes, sino porque el robot de cocina de marca Silvercrest es popularmente conocido como el Thermomix de Lidl.

Parecidos más que razonables, una diferencia de precio abismal y un éxito abrumador cada vez que se pone a la venta son argumentos que explican de sobra por qué esta historia ha acabado en los tribunales.

Los propietarios de Thermomix acusan a la cadena de supermercados alemana de violar una de sus patentes, y eso es precisamente lo que el tribunal tendrá que decidir.

Por ahora la cosa promete ser un auténtico culebrón porque, en el primer día de juicio, la discusión estaba en el tema del pesado y mezclado simultáneo, una característica que Thermomix defiende como propia y única y a lo que desde Lidl se contraargumenta asegurando que su dispositivo ofrece botones separados para ambas funciones.

Es decir, el debate no está en si se ha copiado el diseño, la pantalla táctil, la conexión WiFi o las recetas preprogramadas, sino que el problema radica en la patente que tiene Thermomix y que, de hecho, Lidl pide que sea revocada por no tratarse de una prestación «compleja desde un punto de vista técnico».

¿Pero son tan iguales los dos aparatos? Sí y no. Es decir, el concepto y el diseño son muy parecidos, pero es que eso ocurre en todos los robots de cocina.

También las funciones (amasar, triturar, batir, cocer al vapor…), aunque en cada modelo tienen nombres diferentes, claro. El Silvercrest tiene un recipiente de mayor capacidad y sus recetas son gratuitas, sin necesidad de un pago adicional, como en el caso del Thermomix.

Es decir, más allá de patentes, es verdad que la lista de parecidos es más larga que la de diferencias. De hecho, esta idea de que el modelo de Lidl puede reemplazar al Thermomix está tan extendida que la mayoría de recetas de uno pueden ser usadas para el otro con pequeñas adaptaciones para adaptarse a los menús o denominaciones de cada uno de ellos.

¿Y la diferencia de precio? Como ya hemos explicado alguna vez, el Thermomix se plantea como un aparato profesional pensado para durar en el tiempo e incluso tener unas cuantas vidas en el mercado de segunda mano, donde se cotiza bastante. En el caso del Monsieir Cuisine Connect, cuesta más imaginarlo en la cocina de un restaurante aguantando el ritmo.

En cualquier caso, y más allá de que la mayoría perciba el modelo de Lidl como una versión barata del Thermomix, lo cierto es que la justicia no se rige por este tipo de criterios. De ahí que las cosas no pinten bien para Vorwek, que ya en 2013 perdió la demanda que presentó contra Taurus y su robot de cocina por violar también sus patentes.

Una cosa está clara: no es que Lidl necesite más publicidad para un producto que siempre se agota, pero algo nos dice que si vuelve a lanzarlo para estas Navidades arrasará más de lo habitual tras el aluvión de titulares de los últimos días.

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