
En plena resaca de la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, y pese a que el menú no prometía demasiados lujos ni excesos, lo cierto es que la alimentación de las familias reales siempre desata mucho interés.
Ya sea la sopa demasiado caliente que le sirven a la princesa Leonor o el desayuno poco glamouroso de la reina de Inglaterra. Aunque, pensándolo bien, tampoco hace falta tener corona para que tu dieta ocupe titulares, como bien saben Trump o Putin.
Pero volviendo al Reino Unido, pese a lo que podría pensarse, tener sangre azul no asegura poder comer siempre lo que uno quiera. Al menos no cuando se está fuera de palacio o en un viaje.
Y es que, según recogía hace tiempo la BBC, los viajes oficiales de los miembros de la casa real suelen ir precedidos de una serie de requisitos y peticiones entre los que se incluyen aspectos gastronómicos sobre lo que no deberían encontrarse en la mesa.
Una combinación de gustos personales, temas de protocolo e imagen -nada de ajo, tomate y pastas largas para la reina en su viaja a Italia, por ejemplo- y cuestiones de seguridad y salud.
De ahí que existan unos cuantos alimentos que directamente están prohibidos en los menús de la familia real, como las ostras -en general el marisco siempre se evita- la carne cruda o poco hecha y el agua local, incluyendo las embotelladas.
Eso significa que en el equipaje de viaje no sólo se incluye un hervidor de agua, una selección de tés y todo lo necesario para preparar una taza de té cada día a las 5 de la tarde, sino también agua mineral inglesa, al menos si se viaja a lugares en los que no hay disponibles marcas conocidas. Se ve que lo de la reducción de envases y plásticos que tanto se estila ya en Reino Unido no ha llegado a la familia real.
El artículo de la BBC recopila algunas manías más de Isabel II cuando está fuera de casa como, por ejemplo, que no quiere ver flores de color malva o un televisor en la habitación donde duerme.
El caso es que no queda claro si las normas alimentarias son también aplicables a otros miembros de la familia porque, por ejemplo, las fotos del príncipe Charles comiendo ostras o picoteando embutidos en un mercado de Italia son fáciles de encontrar.
Dentro del control de peso esta muy bien el control de consumo de carnes y el aumento de verduras, lo más simpático el te, es un clásico en ello pero también ayuda a saciar el apetito.