Ya sabéis que en La Gulateca nos gusta dárnoslas de internacionales y hoy, siguiendo esa línea, os traemos una receta austriaca con un nombre imposible: Kaiserschmarn. Este postre debe su nombre al emperador Franz Joseph I quien, según se dice, era muy aficionado a los dulces tipo «tortita» hecha con huevo.
Nosotros le hincamos el diente al Kaiserschmarrn hace unos meses al sur de Baviera, donde es un postre muy típico, y ahora nos hemos lanzado a hacer nuestra propia versión en casa. Es un dulce muy contundente así que lo hemos preparado para el desayuno dominical en lugar de reservarlo para el postre. Es fácil y relativamente rápido de hacer así que no hay excusa. Tomad nota.
Ingredientes
- 150 gr. de harina
- 100 gr. de azúcar
- 2 cucharaditas de azúcar vainillada
- 4 huevos
- 125 ml. de leche
- 50 gr. de mantequilla
- 50 gr. de pasas
- 2 cucharadas de ron
- 1 manzana
- 1 granada
- Azúcar glas
- Canela
- Sal
Elaboración
Lavamos las pasas. En un bol las mezclamos con el ron y las dejamos reposar. Separamos las cuatro yemas de las claras y en un bol mezclamos las yemas y tres cuartas partes del azúcar y el azúcar avainillado hasta que quede una crema espesa. Después añadimos la harina y removemos bien. Quedará una especie de pasta grumosa, será el momento de añadir la leche y batir con una varilla hasta que quede una masa homogénea.
Recuperamos las pasas y las añadimos junto a una manzana pelada y cortada en pequeños cubos. Mezclamos bien y reservamos. Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y las agregamos -poco a poco, para que no se bajen- a la mezcla anterior.
Una vez tengamos la masa lista, en una sartén ancha y con una cierta profundidad, ponemos la mitad de la mantequilla y calentamos. Vertemos la masa y dejamos que cuaje durante un par de minutos. Pasado ese tiempo añadimos el resto de la mantequilla cortada en trozos y espolvoreamos lo que nos quedaba de azúcar.
Cuando haya cogido una cierta consistencia, toca destrozarlo. La idea es, con ayuda de una espumadera, partir el Kaiserschmarrn en trozos de unos 3 o 4 centímetros de ancho y después removerlos un poco como si se tratara de unos huevos revueltos. Dejamos que se doren todos los lados del postre y sacamos del fuego.
Ponemos los trozos de Kaiserschmarrn en una fuente y espolvoreamos azúcar glas y canela por encima. Para terminar añadimos la granada, que aportará un toque fresco a este contundente desayuno.
El Kaiserschmarrn debe comerse templado. En Baviera se come con mermelada de fresa, cereza o ciruela, o cualquier otra confitura que nos guste. Sea como sea, será un desayuno -o merienda- de campeones.
Menuda pintaza!!! Me apunto la receta.
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Qué buena pinta! Ya os contaré cómo me queda!!!