Aunque hace muchos que hay productos vegetales que sustituyen al huevo en muchas recetas, son varias las compañías que están trabajando en un huevo plant based que se parezca a un huevo real. Por ahora ya hemos visto -no probado- versiones de huevos cocidos, pero el siguiente paso es conseguir un huevo vegano fresco. Con su yema y su clara.
Algo así parece que ha conseguido la compañía francesa creadora de Les Merveilloeufs. Aunque, según leemos, tuvieron que cambiar el nombre porque la legislación gala no permite usar el nombre de productos animales para designar a sus sustitutos vegetales.
Las biólogas Philippine Soulères y Sheryline Thavisouk lideran este proyecto del que se habla desde 2020 aunque, la verdad, a día de hoy cuesta saber si están a la venta o, en todo caso, dónde poder comprarlos. Pero no es ese el tema, sino su aspecto, que imita realmente bien la forma del huevo.
Nos saltaremos el consabido de bate de por qué un producto vegetal alternativo al huevo tiene que tener su aspecto, porque aquí el debate y la polémica viene por otro lado. Concretamente por la cáscara de estos «huevos».
I cannot get over these vegan eggs using plastic for shells pic.twitter.com/dESkxaL0FF
— nikki (@ateenyalien) June 30, 2022
Por lo visto, la clara y la yema se han conseguido con legumbres, y nutricionalmente prometen emular la fibra y proteínas de un huevo de gallina, pero con menos grasas.
El problema es que, a falta de una cáscara vegetal, un recipiente transparente de plástico la emula, lo que sumado a la típica huevera de cartón convierte estos huevos veganos en una curiosa paradoja: más sostenibles que la producción animal, pero con más plástico y envases que los de toda la vida. Y más caros, por supuesto.
No vale echarse las manos a la cabeza o sacar la libreta con chistes de veganos, porque esta aparente incoherencia nos la comemos todos los días en tiendas de productos ecológicos que llegan desde la otra punta del mundo y se presentan con plástico por todos lados sin que, al parecer, nadie vea problema ahí.
De todos modos, es verdad que si el discurso vegetal tiene en la sostenibilidad uno de sus pilares, a esto del plástico habría que darle una vuelta. Sobre todo teniendo en cuenta que ya existen alternativas al huevo en tarros de cristal y otro tipo de recipientes que igual no son tan bonitos ni se parecen tanto al huevo, pero tienen mucho más sentido.
El título del artículo no puede ser más sensacionalista.
Para aquellos que cazan en los supermercados si filete envuelto en plástico y los de la sección de verdura también envuelta en plástico o transportada del súper a su casa también en plástico, pasan a escandalizarse porque la cáscara de huevo es de plástico…. De verdad que más ipocrita la gente imposible.