
Aunque muchos sectores, incluyendo la hostelería, se han visto seriamente afectados por la situación creada por el coronavirus, hay uno más activo que nunca: el servicio de reparto a domicilio. Con los restaurantes cerrados por ahora y con un panorama de no poder abrir con normalidad en meses, el delivery es para muchos la única opción de poder facturar algo.
Y es ahí donde entran Glovo, Deliveroo y compañía. Y aunque es verdad que últimamente cuando estas compañías salen en los titulares es en noticias sobre sentencias que las condenan por la situación laboral de sus repartidores -sin contrato y operando como falsos autónomos-, hay otra vertiente menos conocida y comentada de este sistema: las condiciones para los restaurantes.
Así que, sin quitar importancia a las nefastas condiciones de los repartidores, estas plataformas tampoco parecen tratar mucho mejor a los negocios para los que trabajan, con comisiones sobre pedidos que pueden llegar al 45%. Es decir, de cada 10 euros que factura el restaurante, 4,5 son para la empresa de reparto.
Las condiciones varían según la plataforma. Algunas cobran el alta en el servicio, otras por cada bolsa de reparto usada y algunas también tienen un precio fijo por cada pedido además de la comisión sobre el precio o pagos de un fijo mensual por contar con este servicio.
El blog Hostelería Madrid repasaba a principios de año el modo de funcionamiento de los cuatro principales operadores en España centrándose en las condiciones para los restaurantes. A grandes rasgos, ninguna de ellas cobra menos de un 30% + IVA sobre coste de pedido.
Una cifra que, evidentemente, será negociable en función del volumen del cliente. Vaya, que posiblemente no pague lo mismo McDonald’s -impresionantes las colas de repartidores estos días, cuando la cadena se ha puesto en marcha de nuevo- que un pequeño restaurante de barrio que recurre a estos servicios durante estos meses en los que el local no está operativo.
Queremos denunciar que la empresa @Glovo_ES ha bajado a sus riders la tarifa base de 2,5€ por reparto a la mitad: 1,25€. Y lo hace justo ahora de forma miserable durante el confinamiento. pic.twitter.com/zoS8VZBaF2
— Free Riders (@SindicatoRiders) April 9, 2020
Y si las asociaciones de riders denunciaron al principio que Glovo había empeorado sus condiciones reduciendo a 1,25 euros el precio base por pedido repartido en plena cuarentena, parece que con los restaurantes se ha seguido una política similar de aprovechar el momento y su dependencia de las plataformas de reparto para imponer unas condiciones muy duras.
A diferencia de lo que ocurre con sus trabajadores, en este caso todo es perfectamente legal. Un acuerdo entre dos empresas, con unas condiciones aparentemente terribles para el restaurante pero que el hostelero puede aceptar o no. Evidentemente, su margen de negociación ahora mismo es bastante escaso y las plataformas ya han dejado claro que no están aquí para echar una mano sino para aprovechar el momento.
Algo que, unido a las condiciones de los repartidores, debería animar a los clientes a replantearse su papel en un juego en el que parece que está claro quienes son los únicos que ganan.
De hecho, ahora más que nunca, un restaurante que cuente con reparto propio es para muchos clientes un argumento a tener muy en cuenta a la hora de elegir a quién le piden la comida.
No todas las empresas que ofrecen este servicio cobran comisión. Sirveme Online, además de ofrecer la carta digital y los pedidos desde la mesa, lo hace con una tarifa plana y no cobra ningún tipo de comisión, lo que la hace más atractiva para el repartidor y para el restaurante. Al final es un intermediario, cuando debería de ser un servicio.
Y, la plataforma de los hosteleros para cuando?
Cuando hay tan poca oferta, las grandes empresas se aprovechan. Aumentar los costes en este momento, de forma unilateral, aunque se pueda rescindir el contrato, es poco menos que un robo. No sé si será spam, pero informo: otra empresa, mucho más pequeña, me ha ofrecido tener mi menú online por la mitad que estos otros, y el trato sin duda es mucho más cercano. HeptaMarketing se llaman, por si ayuda a alguien.
Creo que el término impone es excesivo. ¿Es obligatorio formar parte de estas plataformas? ¿Ha ido Glovo con alguna pistola amenazando a los restaurantes? Se trata de una cláusula de un contrato, si no están de acuerdo, nadie les obliga a firmar. Supongo que, si lo hacen, serán porque sacan también un beneficio. En cualquier caso, son libres de promocionar su negocio por métodos alternativos.
A mí, el casero me «impone» un pago de 950 euros todos los meses por habitar su propiedad. También es un ser vil y malvado, ¿no?
el repartidor al menos debe ganar un sueldo igual que el que ganaria un camarero en el restaurante y aparte debe pagar el coste del combustible y del mantenimiento de la moto.
siempre estan dando vueltas a lo que se llevan los intermediarios como si es que estos no tuvieran a su vez derecho a tener su sueldo, pagan cotizaciones a la seguridad social, pagan impuestos y gastos, etc.
es como cuando dicen que un agricultor gana un euro por un kilo de un producto y luego en el supermercado lo venden a 10 sin decir que el beneficio del supermercado despues de todos los gastos y de los impuestos que pagan sea solo de 50 centimos por ese kilo de producto.