Más Soles que Estrellas: la Guía Repsol hace justicia frente a la racanería de Michelin con España

Es una frase que cualquiera próximo al mundo de la gastronomía habrá escuchado mil veces: este mismo restaurante en otro país ya tendría dos o tres Estrellas Michelin. La historia se repite con cada nueva edición de la guía, y ni siquiera la de 2020, con todo a favor para ser especialmente generosos, hizo justicia con lo que muchos consideran una injusticia histórica.

Así que en este contexto es imposible leer la nueva edición de la Guía Repsol que se presentó ayer en San Sebastián sin esbozar una pequeña sonrisa al ver la lista de nuevos Soles.

No es que sea más generosa que Michelin -eso tampoco es mucho decir- es que, de nuevo, se acerca más a la situación y nivel real de muchos locales. Algo que siempre se agradece pero que en momentos tan duros para el sector como el de ahora tiene mucho más sentido.

Si tiene o no sentido sacar una guía gastronómica con la hostelería a medio gas es un tema que ya se debatió en su momento. Desde Guía Repsol aseguran que «los más de 50 inspectores e inspectoras han conseguido realizar todas las visitas previstas en todo el territorio nacional».

El resultado son 97 nuevos Soles que se suman al mapa del país hasta llegar ahora a los 618 restaurantes reconocidos con esta distinción. Este año, tres pasan a formar parte de lo más alto de esta guía y lucir los tres Soles Repsol: Miramar de Paco Pérez, Alkimia de Jordi Vilà y Elkano, de Aitor Arregi.

Curiosamente, ninguno de ellos tiene la máxima distinción de Michelin, y solo Miramar luce un par de estrellas. Elkano y Alkimia se conforman con una sola Estrella. Una de esas cosas que año tras año se comentan y a las que pocos saben dar explicación.

No es el único ejemplo de esta disparidad de criterios entre las dos guías. En la lista de los nuevos dos Soles es fácil encontrar casos muy parecidos. Por citar alguno que conocemos, Aürt de Artur Martínez (una escasa Estrella Michelin) o Hisop, uno de los restaurantes más respetados y queridos de Barcelona que también luce una única Estrella de la Guía Michelin.

«El trabajo se ha centrado en aquellos establecimientos en los que ya se había detectado una progresión muy positiva en los últimos tiempos y también en esos valientes que, a pesar de todo, se han atrevido estos meses a subir la persiana», explican desde la Guía.

Es verdad que cada guía tendrá sus propios criterios. Y es evidente  que a día de hoy la Michelin sigue teniendo mayor relevancia y protagonismo en el país y, sobre todo, de forma internacional, que los Soles de Repsol. Pero lo cierto es que en estos cuarenta años la Guía Repsol (inicialmente Guía del Viajero o Guía Campsa) se ha ganado un lugar destacado a la hora de trazar un mapa gastronómico del país.

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