Cada uno tiene sus antídotos para superar esa apatía que a veces acompaña los comienzos de año. Y entre nuestros remedios favoritos está aprovechar cualquier fin de semana para escaparse de la ciudad. Si, además, la escapada tiene algo que ver con comer o con conocer nuevas bodegas, estamos ante una de esas pequeñas grandes ideas que alegran la semana y el mes.
Así que de la libreta de planes hemos recuperado una excursión que hicimos hace ya tiempo a Finca Antigua, a menos de dos horas de Madrid. En plenos campos manchegos, entre Cuenca y Toledo, se sitúa esta bodega perteneciente a Familia Martínez Bujada, y que ofrece diferentes opciones para los aficionados al enoturismo.
Además de catar algunos de sus vinos, visitar las instalaciones donde se elaboran, y conocer todos los detalles del proceso de elaboración, es posible recorrer las fincas y viñedos que rodean esta bodega manchega, y que se han convertido en uno de los sellos de identidad de sus vinos.
En total son 420 hectáreas de viñedo propio, divididas en pequeñas parcelas en las que la uva cabernet sauvignon es la más abundante. Pero también hay espacio para variedades como la petit verdot, con la que se elabora uno de los monovarietales de la casa; o la viura, usada en sus blancos.
Estamos a 900 metros de altura -lo que para La Mancha es bastante- algo que influye directamente en los cambios de temperatura entre el día y la noche, y hace que la uva madure más despacio, sin prisas y, según nos explicaron, poniendo siempre por delante la calidad a la producción.
Por eso, por ejemplo, la uva no se prensa y los vinos se elaboran por decantación. Al prensar la uva se estruja también la semilla, y como consecuencia se suman sabores amargos y ácidos al vino que luego hay que compensar, nos explicaron.
La oferta de visitas organizadas es realmente amplia, con precios a partir de sólo 6 euros. En la mayoría de ellas se incluye una visita por alguna de las fincas y un recorrido en 4×4 por los viñedos. Bautizada cada una de ellas con un nombre, especialmente tentadora resulta la visita El Palomar que, además de la cata y el paseo, incluye un almuerzo frío.
O la ruta Pico Garbanzo, que incluye la cata del tinto Clavis -joya de la bodega- en la misma finca de donde salen las uvas para su elaboración. Y quienes quieran aprovechar la excursión para disfrutar de una comida maridada con 5 vinos, también disponen de esta opción por un precio de unos 40 euros por persona.
Un día entre viñedos y aprendiendo de vinos, la excusa perfecta para escaparse de Madrid cualquier fin de semana.