Por Iker Morán
Hay festivales de música en los que se puede más o menos sobrevivir a base de bocadillos, otros que cuidan un poco más el tema de la comida y algunos en los que la gastronomía adquiere un especial protagonismo. El año pasado descubrimos el Festival PortAmérica que desde las Rias Baixas se toma muy en serio eso de combinar música y gastronomía. Una filosofía que se mantiene en la edición de este verano, los días 17, 18 y 19 de julio.
El Festival Jardins de Pedralbes, que se celebra desde hace unos días en Barcelona y tiene programados conciertos hasta el próximo 10 de julio, hace suya esta idea elevándola unos cuantos peldaños. Y nunca mejor dicho, porque los hermanos Torres han acercado hasta este escenario la cocina de su restaurante Dos Cielos.
Gracias a Sony -que también participa en este evento con sus televisores 4K- hace unos días tuvimos la oportunidad de colarnos en el primer servicio (una especie de ensayo antes del día del estreno) del menú degustación ofrecido por los Torres y que consta de nada menos que 30 platos. ¿Un menú degustación de tres decenas de platos antes de un concierto? Exacto, pero un menú con un servicio muy especial.

Se sirve dentro de un espectacular salón del Palau Reial De Pedralbes, de pie -que para sentarse ya hay tiempo en el concierto, apuntan los Torres- y con una duración de 75 minutos que lo hace muy ágil.
El menú «Las Cuatro Estaciones de Pedralbes» se estructura, como su nombre permite adivinar, en 4 tiempos, con 6 tapas o platillos para cada estación y rematado con media docena de postres. Para beber, vinos Torres, cervezas Inedit y Estrella, cavas Juve & Camps y una bonita barra de gin tonics de Schweppes. Todo ello por un precio de 75 euros.

El menú -la lista de platos puede consultarse aquí– es un repaso por algunos de los platos más conocidos de los Torres, reformados en formato tapa, tal y como ya hacen en la terraza de su restaurante. El nivel está a la altura de lo esperado por la firma, el lugar y el precio, con un par de arroces melosos que aguantan el tipo más que bien en un servicio de este tipo, unos caldos que están a la altura de la casa -hay que dejar sitio para la «empanada de la abuela Catalina» que llega casi al final- algunos platos más ligeros y de bocado (aceitunas gordal rellenas, minimizas de manchego o un siempre resultón pan con tomate y jamón ibérico) y un ajo negro de las Pedroñeras que, nos confirman quienes han ido y repetido en Dos Cielos, no estaba al nivel del servido en el restaurante.

Bautizado como «Espectáculo gastronómico», aunque seguro que la denominación a más de uno le hace gracia no es desacertada porque la comida está acompañada de una zona de recepción espectacular, así como música y luz para ambientar el espacio y este recorrido por las cuatro estaciones de los hermanos Torres. El tiempo es un poco justo, la experiencia de cenar de pie y a un ritmo considerable puede que desconcierte a quien no vaya preparado pero, sin duda, cuesta imaginar un mejor aperitivo -¡de 30 platos, nada menos!- antes de un buen concierto.
[…] la unión de música y gastronomía da buenos resultados y está de moda, ya lo sabíamos. Por eso, hablar de un festival que combina conciertos con una oferta gastronómica decente ya no […]