¿El fin de las hamburguesas y pizzas de los influencers? Veto a que los famosos promocionen alimentos y bebidas para menores

Presentadas recientemente, las pizzas, hamburguesas y bocadillos de los streamers más famosos de España –o Andorra– tienen por delante un serio problema: no se permitirá su promoción a menores, su principal público potencial.

Es una de las medidas incluidas en el decreto del Ministerio de Consumo para regular la publicidad de alimentos para menores. Una medida que, si todo sale según lo previsto, entrará en vigor a finales de este 2022 y obligará a la industria a replantear mucha de su estrategia de marketing dirigida a los más pequeños.

¿Ya estamos metiéndonos con los pobres streamers con residencia en Andorra? ¿Acaso las hamburguesas y demás que hace con ellos Dani García merecen estar en la categoría de productos insanos? En realidad no, pero es que la normativa es aplicable a cualquier tipo de alimento.

Vaya que, salvo que Elrubius y sus amigos se dediquen a recomendar comer frutas y verduras como parte de una campaña institucional, sus colaboraciones con marcas del sector alimentario se van a complicar bastante.

Al menos si se respeta la futura ley, claro. Porque no olvidemos que a día de hoy ya es obligatorio que en cualquier soporte se identifique la publicidad como tal. Algo que en Instagram y otras redes sociales es casi ciencia ficción.

Pero volviendo al contenido de esta normativa, en realidad, el texto no se centra en estos famosos 2.0 sino que se habla de personas “de relevancia o notoriedad pública”. Es decir, que los cocineros haciendo colaboraciones con cadenas de comida rápida o de bollería también van a encontrarse con un problema si esa publicidad se enfoca a público infantil o se publicita en horarios o espacios regulados.

Otro detalle interesante: la norma incluye también a «madres o padres, educadores, docentes, profesionales de programas infantiles, deportistas, artistas…» en promociones de alimentos y promociones dirigidas a menores. «Sean reales o fictios» matizan, porque de lo que se trata es de que cualquier persona que sea un modelo para menores de edad no utilice su posición para vender este tipo de productos.

Una ley tan valiente como necesaria y por la que, seguramente, a Garzón le volverán a caer las críticas. No olvidemos que algunos partidos hicieron campaña con esta norma que, en realidad, se basa en criterios de la OMS y es similar a la aplicada en otros países del mundo que han decidido atajar los problemas de obesidad infantil regulando la publicidad de alimentos.

Un paso más en la dirección adecuada. De momento en el plano teórico, pero ojalá pronto también en el práctico. Y esperemos que, más allá de influecers, youtubers y compañía, se empiece por la propia casa. Sí, hablamos de MasterChef Junior.