¿Eres un apasionado de la pizza casera? Este horno igual te interesa: probamos ‘The Smart Oven Pizzaiolo’

¿Cuántas veces haces pizza en casa? Si la respuesta es muchas y, sobre todo, eres suficientemente apasionado del tema como para tener un horno dedicado exclusivamente a conseguir la pizza perfecta, sigue leyendo. Si no, lo más posible es que ocupar una parte considerable de la encimera de tu cocina -si tienes una como la mayoría de mortales, vaya- e invertir más de 800 euros en The Smart Oven Pizzaiolo te parecerá una locura.

En realidad no lo es. O solo lo es en la misma medida que comprarse una cafetera expreso de gama alta, una bicicleta de miles de euros o cualquier aparato que responda a nuestras exigencias de apasionado por el tema que sea. Cada uno se funde el presupuesto como quiere, puede o le dejan. Y este juguete seguramente encantará a esos pizzeros domésticos que no se conforman con hacer una masa perfecta y usar los mismos ingredientes.

Pensando en ellos, Sage lanzaba hace unos meses en el mercado español su The Smart Oven Pizzaiolo. Hemos hecho pizzas en casa -como todo el mundo, durante el confinamiento-, nos sabemos la receta de la masa de Iban Yarza, pero estamos lejos de ser fanáticos del tema. En Barcelona hay suficientes buenas pizzerías como para, cuando hay antojo, resolverlo rápidamente. Pero nos entró la curiosidad al ver este horno de Sage, y durante un par de semanas le hicimos un hueco en la cocina.

¿Medidas? 47.2 x 46.5 x 27.3 centímetros. Poco para un horno de pizzas que quiere competir con los de leña, pero a tener en cuenta en una cocina de tamaño ajustado. ¿Consumo? No hay que asustarse con su elevada temperatura: consume (1890-2250 vatios) como un horno casero tradicional.

Automático o manual

Según los datos oficiales, es el primer horno de sobremesa doméstico que alcanza los 400°C y cocina una pizza en 2 minutos como lo haría un horno de leña. La caja asusta por sus dimensiones, pero es porque incluye, además del horno y su embalaje, diversos accesorios: una pala de pizzero, piedra para la base, y un deep pizza pan, una especie de sartén para pizzas más grasas, tipo Chicago.

La clave no solo es la temperatura y su estabilidad, sino también el tipo de calor. En este caso se imitan los tres tipos que se producen en uno de leña: por contacto, suelo radiante y convección.

 

Quienes hayan hecho pizza en casa seguro que han probado todo tipo de trucos para subir al máximo la temperatura del horno y, sobre todo, en la base. Conseguir que la pizza se haga en pocos minutos y que la masa quede dorada en su base sin que los ingredientes queden quemados o crudos es el reto habitual de cualquier aficionado a la pizza casera.

Pues bien, con este horno es posible de forma muy sencilla. Cuenta con varios programas para diferentes tipos de pizza incluyendo, claro, esa napolitana de masa fina. Con una masa muy normalita y tras precalentar el horno -te avisa cuando es el momento de meterla la pizza– queda perfecta. Así de fácil.

Lo de «smart» entendemos que es porque el horno ofrece diferentes modos predefinidos, que ya incluyen todos los ajustes para diferentes tipos de pizza. Incluido uno para pizzas congeladas que también hemos probado y que consigue un resultado notablemente mejor que el de un horno convencional.

Es decir, no hace milagros ni convierte una pizza mala del supermercado en una maravilla, pero al menos asegura un horneado perfecto. Por cierto, el tamaño del horno limita también a 30 centímetros el diámetro de pizza que podemos cocinar.

Para los más pro del asunto, también hay una opción totalmente manual. Para ello, hay que colocar sobre los mandos una pegatina -no es una solución muy pro para un aparato de 800 euros, la verdad- que permite controlar la temperatura superior e inferior de forma independiente.

¿Lo peor? El precio es alto, la limpieza no es demasiado sencilla y habrá que acostumbrarse a señales de uso en el interior y, pese a ser relativamente compacto, ocupa bastante en una cocina pequeña. También hay que asumir su escasa polivalencia: sirve para pizzas y punto. Seguramente se puede aprovechar para alguna tarta o quiche, aunque no tiene sentido pensar en este horno como un multiusos, sino como una herramienta muy especializada.

Otra pega importante: nos deja sin excusa a los que cuando hacemos pizza en casa y queda regular siempre echamos la culpa al horno.