Es la típica pregunta trampa perfecta. ¿En qué país del mundo es dónde se bebe más cerveza Guinness? La respuesta parece evidente: Irlanda, por supuesto. No sólo es la bebida nacional, sino que resulta imposible pensar en esta cerveza oscura sin que suene de fondo música irlandesa y aparezcan imágenes de tréboles, duendes, campos verdes… Los tópicos de siempre, vaya.
Pues resulta que no es así y, efectivamente, la pregunta tenía trampa. Irlanda no es ni el primer ni el segundo consumidor del mundo de Guinness sino que se queda con un modesto tercer puesto.
Que Reino Unido esté en el primer lugar entra dentro de lo previsible y hasta lógico. Son muchos más y la afición por los pubs y la cerveza es compartida, así que tiene sentido.
La sorpresa viene al repasar la lista que se publicaba hace ya unos años -y a la que hemos llegado ahora por pura casualidad- y en la que, atención, Nigeria figura como el segundo país del mundo donde más cerveza Guinness se consume.
Mientras vuelan por los aires todos esos tópicos que hemos citado, la cosa no queda ahí. Porque en Nigeria tienen incluso su propia fábrica Guinness, una de las cinco que la compañía mantiene en el continente africano.
Y es que lo de este país no es una excepción, porque resulta que en cuarto puesto en este ranking mundial está Camerún, por delante de Estados Unidos.
Según leemos en varios reportajes, fue a comienzos de este siglo XXI cuando África comenzó a destacar por su afición a la cerveza negra, desbancando a Irlanda y Estados Unidos en consumo de Guinness. El 40% de toda la que se bebe en el mundo se consume en África, de hecho.
Además, no se trata exactamente de la misma variedad de Guinness que la que se encuentra en las tiendas y bares europeos, sino que es una versión propia denominada Foreign Extra Stout y destinada a mercados internacionales.
Un tipo de Guinness con un final más amargo y hasta un 50% más fuerte que la fórmula tradicional. Vaya, que en Nigeria y Camerún les gusta más la Guinness, y la prefieren más potente que en Irlanda.
Ya tienes anécdota para hacerte el listo la próxima vez que alguien se pida una.