Nuestros lectores más cultos conoceran bien la figura de Alice Babette Toklas, pareja inseparable de la escritora norteamericana Gertrude Stein. Tampoco les sonará a nuevo El libro de recetas de Alice B. Toklas, entre otras cosas porque es un auténtico clásico.
En cambio, para muchos otros, como era nuestro caso hasta hace dos días, Toklas era una figura completamente desconocida. Nos acercamos a ella gracias a este libro del año 1956, que en España se publicó traducido al español hace unos meses.
No es un libro de recetas al uso, por mucho que el título lo asegure. Ni el formato ni la portada nos llevan a pensar que es un libro para llevarse a la cocina.
Es mucho más. Toklas va más allá de exponer su particular recetario. Describe, ilustra y evoca una época -la primera mitad del siglo XX- y por encima de todo, su amor a la gastronomía francesa.
Las recetas, muchas y muy variadas, pertenecen en su mayoría a la sofisticada cocina gala a la que la autora rinde auténtica devoción. La mantequilla y la nata aparecen por doquier, así como preparaciones que, intuímos, no han sobrevivido ni tan solo en el país vecino. Pero quizás lo más interesante es como describe la relación entre los franceses y la gastronomía, una cuestión de orgullo nacional.
El libro es, de hecho, un libro de memorias a partir de los recuerdos gastronómicos. El ambiente del París de entreguerras, la segunda guerra mundial, la ocupación alemana y la liberación de Francia aparecen descritos a partir de anécdotas e historias, aunque casi siempre con comida de por medio.
Destaca el capítulo dedicado al muy variado personal de servicio que tuvo la pareja hasta la guerra, así como las aventuras con el mercado negro durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Eso sin olvidar las múltiples anécdotas protagonizadas por el círculo de amistades de Stein y Toklas. Picasso, Picabia, Dora Maar, entre muchos otros, aparecen citados en el libro. Así podemos descubrir que Pablo Picasso llevaba una dieta casi vegetariana, pero que no le hacía ascos a una pierna de cordero asada. En su honor, Toklas le preparó una perca entera decorada con mayonesa y huevo duro que, ciertamente, tenía que ser digna de ver.
Precisamente en el capítulo de recetas de amigos aparece la receta más conocida del libro: el dulce de hachís, gentileza de Brion Gysin. Figura, eso sí, con el subtítulo «para estimular a cualquiera en un día lluvioso». Incluye también breves instrucciones sobre el cultivo del cannabis sativa, que define como una «hierba común que pasa inadvertida y crece en cualquier parte de Europa».
Aunque la receta fuera obra de Gysin, ciertamente ha pasado a la historia como los brownies Toklas. Hasta tal punto que incluso Peter Sellers le dedicó una película en el año 1968: I Love You, Alice B. Toklas! Eso mismo decimos nosotros.
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