No suele ser habitual que un medio hable de otro. Menos aún si la idea no es criticar o señalar errores ajenos, o cobrarse algún tipo de venganza entre grandes grupos de comunicación. Por suerte, en esta casa estamos vacunados contra ese tipo de prácticas, así que anoche no sólo vimos encantados el primer capítulo -doble- de El Comidista TV, sino que nos lo pasamos estupendamente con Mikel Iturriaga y compañía.
En realidad, ninguna sorpresa. Somos fans de El Comidista desde hace muchos años, porque siempre nos hemos identificado con ese modo de ver la cocina como un lugar donde sobran pedantes y falta gente que cuente cosas interesantes y con algo de gracia.
Y ese mismo tono desenfadado que desde El País ha conseguido demostrar que se puede hablar de gastronomía sin ponerse intensos, combinando rigor y humor, ha saltado ahora a la pantalla de La Sexta. Por suerte, parece que queda algún programador con alguna neurona activa, y entre refritos y programas refrescantes alguien ha tenido la feliz idea de colar algo digno este verano.
El mérito es doble. Hacer un programa para la televisión ya requiere de malabarismos financieros miles en estos tiempos de prisas y presupuestos mínimos. Hacer además un programa de cocina donde haya información sin ese insoportable drama permanente que tanto se estila es casi un milagro.
¿Se puede hablar del azúcar sin que parezca que el mundo se acaba o hay una oscura conspiración? ¿Se puede recurrir a la ciencia y al sentido común en vez de a planos de dos segundos, ritmo trepidante y música de fondo? Pues parece que sí se puede. Incluso se puede hacer cachondeándose del estilo de Gloria Serra con la propia Serra delante.
Eso es lo que hicieron anoche en El Comidista TV, primero con el polémico azúcar y después con la sagrada tortilla de patata, mancillada por el mismísimo embajador de Reino Unido en una versión un tanto cruda -Chicote dixit– y otra sin sal, gentileza de Mikel. Tanto criticar a Jamie Oliver…
Informar y entretener, esa es la clave por mucho que suene a tópico desgastado. Y encontrar el equilibrio entre esos dos ingredientes es lo que distingue un buen programa, de otro intento se subirse a la ola de la moda de la cocina. Todo ello aderezado con Iturriaga ejerciendo de nueva estrella culinaria que no se toma demasiado en serio a sí misma, y unos estupendos colaboradores que saben de lo que hablan y, como diría aquel, son los que dan calidad a la película.
Un prime time veraniego por partida doble al que a estas alturas del calendario incluso se le puede perdonar acabar a las 12 y pico de la noche. ¿Esa es la hora a la que empieza a veces MasterChef, no? Habrá que ver si el tono y humor que triunfa en Internet –cocina pop, lo llaman- también funciona en las pantallas de televisión.
Ojalá sí, porque somos de los que pensamos que El Comidista ha hecho más por la cocina de este país que muchos chefs, críticos y medios que siempre han escrito y hablado sólo para ellos y los suyos. Sin levantar la cabeza para mirar un poco más allá y recordar que todo el mundo come unas cuantas veces al día.
Iturriaga es un genio. Y un magnifico comunicador. Le gusta lo que hace y hace que nos guste.
A mi Iturriaga me parece simpático pero hay que reconcoer que muchos vídeos, sobre pseudo expertos que prueban a ciegas productos son nulo informativos e innecesarios
Habrá que darle una oportunidad claro.
Vi los dos programas y me gustaron mucho. También sigo la web del «Comidista» desde hace años con su elenco de colaboradores, con lo cual, se puede decir que estaba casi en familia. Se agradece este tipo de programas en una parrilla televisiva que espanta. Además, doy un punto positivo por incluir a Aitor Sanchez y sus consejos sobre nutrición.
Me gustó el programa pero estaba como unido a trozos y a veces no se entendía bien a los que hablaban.
Seguro que irá ajustándose y se perfeccionará
El programa muy entretenido y los invitados muy interesantes. Me gustó en especial el espacio de Santiago Rivas, divertidísimo.
Me pareció bastante bueno, tal vez algo «elitista» como para tener un súper share. Se nota que tienen más experiencia en producción online que en televisión, lo cual puede ser bueno y malo a partes iguales. En cualquier caso fue algo distinto a la morralla de siempre de la tele y se agradece.
De todas formas en la parte «científica» mejor andarse con pies de plomo y no pontificar nada y ( que es la verdadera visión de la ciencia).
Me encantó!
Dicen, el mortero es para dar mortero, para machacar ajo, orégano, perejil, pimienta, sal y todo lo qeu haya que machacar para hacer mojo, con aceite, vinagre y tal.
Pues bien, en lugar de machacar, porba a ejercer fuerza de presión y frotar, presión y frotar, sin un machaque, sin un golpe. Hace tiempo que no doy golpes con el mortero. El silencio saca a relucir aromas y consistencias más powow.
Ahora resulta que hacerse el listo y creer que unas opciones personales son más válidas que otras es «combatir la caspa», expresión propia de racistas pueblerinos que no comprenden que el mundo es amplio.
HAy otro mundo, hubo otro mundo, desde siempre, y la selecciones y gustos por contener en un puño toda lariqueza del universo del pensamiento humano va atada a la cadena del interés de mercado. No juguéis con las cosas de comer, dijo quien no había sentido el hambre de la vida.
Me encanta el tono que le da Mikel a todo. Hay un punto de humor y su programa es muy didáctico.
Hace tiempo que sigo su blog y creo que es uno de los mejores que hay sobre gastronomía en España.