Justo ahora que parece que, por fin, se acaba el calor y nos ponemos a hablar de helados. Exacto, hay que reivindicar el buen helado todo el año, no sólo en verano. Y, por suerte, en los últimos años la calidad general de este producto en España ha mejorado mucho con la proliferación de buenas heladerías artesanas en muchos lugares del país.
En Barcelona, por ejemplo, hace no mucho sobraban dedos de una mano para contar las buenas heladerías de la ciudad. Ahora casi en cada barrio hay un lugar de referencia al que peregrinar cuando hay antojo de helado.
Por ejemplo, el otro día por Gracia recalamos en Cloud (Plaça de Rovira i Trias, 5), donde Maurizio Lunardi prepara y sirve su gelato de elaboración artesana y diaria en más de una veintena de sabores

Aunque los hay de sabores bastante originales (aguacate o American Breakfast, por ejemplo) al ver que en esta casa trabajan dos variedades diferentes de pistacho no nos pudimos resistir.
Hace años un heladero nos contó que este sabor era un buen indicativo de la calidad de una heladería. Incluso a primera vista: si el helado de pistacho es verde intenso, mejor sal corriendo.
El helado de pistacho bueno tiene que tener un color suave, apagado, que recuerde casi más al marrón de un fruto seco que al verde marciano que luce en algunas montañas de helados, de esas que se coronan con cosas por encima.
Por supuesto, así es el de Cloud. Los de Cloud, en realidad, porque además del sabor de pistacho habitual en temporada también trabajan con pistacho de Bronte DOP que, por cierto, muchos conocen como el oro verde de Sicilia.
Un fruto que se da cada dos años entre finales de agosto y septiembre, lo que deja claro la estacionalidad de este producto y de este sabor. ¿Hay helados de temporada? Está claro que sí, y este es un buen ejemplo.
Es posible, de hecho, que ya no quede esta variedad, pero el de pistacho siciliano que ofrecen habitualmente es también muy recomendable. Habrá que darse prisa, eso sí, porque Cloud sí que se despide cuando llega el frío y el 30 de octubre baja la persiana hasta el año que viene.