
¿Te gusta el coco pero te da mucha pereza abrirlo y prepararlo y por eso pasas de largo cada vez que lo ves en la frutería? Dejando a un lado la cuestionable necesidad y sostenibilidad de comer frutas que vienen de la otra punta del mundo, reconocemos que con el coco nos pasa exactamente eso: nos encanta pero no acabamos de pillarle el truco a lo de abrirlo y sacarle la carne.
Pues atentos porque resulta que hay unos cocos con abrefácil. O al menos con un sistema que facilita el trabajo para poder beberse el agua de forma muy cómoda y para abrirlos por la mitad. Tal vez el invento no es nada nuevo, pero era la primera vez que lo veíamos en el supermercado –Lidl más concretamente- y había que probarlo.
El sistema de estos Genuine Coconut es tan sencillo como ingenioso. Incluye un pequeño punzón de madera para hacer una hendidura en algunos de los tres característicos agujeros de esta fruta. El kit -que asegura ser totalmente biodegradable- también cuenta con una pajita para poder beber directamente el agua.
¿Y la carne? Para facilitar la apertura, alrededor de la zona central el coco cuenta con una hendidura. Un par de golpes en esa zona, leemos en las instrucciones, deberían bastar para abrirlo por la mitad. ¿Funciona? Dependerá de la maña, fuerza y superficie contra la que golpeamos, pero en nuestro caso con tres golpes se ha abierto sin mayores problemas.
A partir de aquí se acabó la ayuda porque sacar la carne de las dos mitades ya es trabajo nuestro. Eso sí, nos dan un consejo del que tomamos buena nota: congelar el coco unas 12 horas y luego un minuto al microondas a 900W de potencia. En teoría así se consigue separar la carne de la cáscara exterior.
Pero volviendo al invento, ¿de verdad hace falta un coco con sistema de apertura para patosos? ¿Tanto quejarnos de los aguacates que se venden ya partidos y envasados y ahora caemos en esto?
En realidad, nada que ver una cosa con la otra. Hay que ser inglés de balconing en Mallorca o votante de Trump para no saber abrir un aguacate. Y no es broma: los cortes de cuchillo por culpa de los aguacates son un clásico en el mundo anglosajón.
Pero los problemas con los cocos son algo bastante más común. Aunque seguro que no faltan los que aseguran ser capaces de abrirlos solo con la mirada, a la mayoría de mortales nos cuesta. Al menos lo suficiente como para que dé pereza comprarlos y liarse a martillazos. Algunos más sofisticados incluso tiran de taladro para hacer un agujero por el que sacar el agua.
¿Precio? Unos 2 euros, algo más que la media de un coco pero, al menos, tenemos la seguridad de que éste sí nos lo comeremos.
Curioso. Algún extropicio he causado queriendo abrir uno.
No es más que cuestión de maña, y saber hacerlo, claro. Mi madre abría con un cuchillo por la parte de arriba y sacaba el agua.