La crítica gastronómica es siempre un terreno pantanoso. Aunque es fácil suponer que muchos cocineros están hartos de críticos que se dedican a sacar punta a sus platos, locales y menús, lo cierto es que pocas veces se atreven a ponerles los puntos sobre las íes. Al menos públicamente y a aquellos que cuentan con un espacio en los medios de cierta relevancia.
Porque una cosa es poner en su sitio al listo de TripAdvisor o al influencer de turno que quiere comer gratis, y otra es cantarle las cuarenta al crítico -o supuesto crítico- al que no le gustó el punto de la cocción, considera que se te va la mano con los dulces, que tu carta de vinos es de chiringuito de playa o que, vaya, ‘aparta que no tienes ni idea y te voy a explicar’.
Una relación compleja que, en todo caso, pocas veces acaba en un enfrentamiento público. Obligados a convivir, mejor llevarse bien o simplemente aparentar que se es inmune a una columna demasiado dura que crearse enemigos en los medios.
Pero cuando la -supuesta- crítica gastronómica se combina con un personaje que se alimenta básicamente de polémica como Salvador Sostres, la diversión está asegurada. Por llamarlo de algún modo, porque normalmente no tiene ni puñetera gracia.
Ávido de atención publica, con espacio en algunos medios -con lo caro que es el papel, oigan- y convencido de que el dinero y poder comer en algunos lugares te convierten en gastrónomo con una opinión que el mundo desea conocer, la penúltima bengala del muchacho se encontró, por fin, con la respuesta de un cocinero que le puso en su sitio.
Por aquello de la higiene periodística me niego a enlazar el artículo en cuestión sobre el restaurante Hisop de Barcelona. Un veterano de la ciudad, con una Estrella Michelin y muy buenas críticas. De hecho, la de Sostres iba en esa misma dirección y no escatimaba elogios hacia la cocina y el buen hacer de Oriol Ivern, el chef del lugar.
Pero, como por lo visto gusta en ciertas zonas altas de la ciudad, lo divertido no es atacar al jefe, sino cebarse con el servicio. Concretamente con el equipo de sala de este restaurante para el que el columnista de ABC dedicaba elogios como “impertinente, borde hasta decir basta” o -atención- “contrario a los intereses de la Humanidad”.
No queda claro cuál fue exactamente el encontronazo de Sostres con camareros, jefe de sala y sumiller, porque reparte a diestro y siniestro sin mayor explicación y pidiendo directamente -también gusta mucho por la zona alta- el despido de todos ellos.
Mai havia estat tant orgullós del meu equip de sala si han aconseguit que una persona com vostè s’hagi sentit maltractada a l’hisop @sostresarticulo pic.twitter.com/djf7ICN9ja
— oriol ivern bondia (@HisopIvern) May 5, 2018
Ante esta crítica agridulce que elogia cocina y chef pero ataca despiadadamente a los trabajadores, la respuesta de Oriol Ivern no se hizo esperar. A través de Twitter, el cocinero no dudo a la hora de elegir bando y poner a Sostres en su sitio.
“Nunca había estado tan orgulloso de mi equipo de sala si ha conseguido que una persona como usted se haya sentido maltratado en Hisop”, escribía Ivern.
Una repuesta ampliamente aplaudida por muchos periodistas y críticos que conocen el local y que para nada parecen compartir la opinión sobre la atención en la sala.
La mala noticia es que de nuevo Sostres ha conseguido esa atención que tanto parece desear, aunque sea a costa de volver a hacer el ridículo. Cierto que con lo de llamar patán y charlatán a Stpehen Hawking cuando murió -sí, Sostres y Hawking en la misma frase suena rarísimo- se superó, pero ahora ha vuelto a tener sus 5 minutos de gloria.
La buena noticia es comprobar que hay cocineros dispuestos a defender a su equipo ante todo. Y saber que hay un restaurante en Barcelona en el que, a partir de ahora, es seguro que no estará Sostres. Nos parece un excelente argumento para visitarlo o para volver a comer allí.
No sabe como me alegro de que a este especimen de subhombre ,, se le pueda poner es su sitio , es mas pido desde aqui que no se le deje entrar en ningún establecimiento de Cataluña , es mas lo ampio , si es posible al resto del pais ..porque allí donde va solo huele a mier-da cuando deja su silla ..no hay peor personaje en el mundo que este pobre payaso.. gracias al cocinero y gracias al servicio del local al que ahora ire solo para felicitarles ..
Si no era una persona deseable porque le dieron mesa?
vaya pero si yo creía que el baboso de Sostres lo único que le gustaba y comía era mierda y basura….
Bravo !!!!
Me alegro mucho que este tarado haya recibido lo que se merecía. Ahora darle importancia es alimentar al troll.
Menudo ser repugnante el Sostres
Este tio es escoria humana, basura cerebral que sobra en una sociedad avanzada.
Sotres… Sobres…. Sobras!
Esta gente solo merece indiferencia. Se alimentan de otra cosa que no sea pasar de el.
Sí todo el mundo le considera un gilip, que nadie le mencione, se consumirá en su mierda como Freddy cruguer.
Vamos, que por lo que he podido deducir del «artículo», el pedófilo grasiento este se emborrachó y le llamaron la atención por armar jaleo, ¿no?
Maravilloso! Genial!!
Mas gente tenía que contestar así a ese personaje despreciable.