Tras haber probado una cafetera superautomática y una expreso manual, seguimos en nuestro viaje por el apasionante y e inabarcable mundo del café de especialidad. Aunque en realidad eso va a depender de los granos que usemos y no del método, si hay un sistema que suele vincularse a esta idea de café de calidad es el denominado pour over.
También conocido como sistema de vertido o de extracción manual, la idea es similar al café de goteo de toda la vida -sí, ese que hace cualquier cafetera de 30 euros- pero cuidando cada detalle del proceso: molido del café, temperatura del agua, calidad del filtro y la forma en la que se vierte el agua sobre el café.
La Chemex o la V60 son algunas de las cafeteras más conocidas para este sistema que se asocia con una preparación manual. Por eso teníamos mucha curiosidad por estrenar la nueva Melitta Epos, que se atreve a automatizar este proceso.
Algo bastante único en el mercado por el sistema, por el diseño -muy bonito, de esos que lucen en cualquier parte- y con un precio de 320 euros que puede sonar alto si pensamos en una cafetera de goteo convencional, pero que a los apasionados del café -este es un hobby caro- seguro que no asusta.
Bastante voluminosa, hablamos de un modelo pensado para quienes prefieran el de filtro al expreso y, como siempre, dispuestos a invertir en buen café en grano. Si vamos a comprar el que sea del super, tostado hace siglos y a saber cómo, este tipo de cafetera no tiene ningún sentido.
Hechas las aclaraciones sobre usuarios y precio, lo confesamos: tras probarla durante unas semanas, es ahora mismo nuestra cafetera favorita para esos cafés largos de la mañana donde lo que queremos es un café que se parezca más a una infusión en la que apreciar todos los matices del café que un chute de cafeína concentrada.
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Aquí se puede ver la cafetera en acción, la mejor forma de hacerse una idea aproximada de cómo funciona. La clave está en el molinillo integrado -hay una versión sin molinillo, la Melitta Epour, que cuesta 100 euros menos- y en el sistema de goteo del café, con un mecanismo móvil que reparte el agua por toda la superficie del café, imitando el movimiento que haríamos al verter el agua de forma manual.
Se pueden preparar hasta 10 tazas de café. El agua que vertemos en el depósito es lo que determina el resto de variables, puesto que se usará toda. Así que una vez elegida esa cantidad, hay que marcar en el molinillo el mismo número para que la cantidad de café sea la que toca.
Podemos elegir tres grados de molido, y otro menú permite seleccionar entre tres grados de intensidad de café. Además de estas variables, siempre podemos jugar con la cantidad engañando a la cafetera, indicándole molido para más o menos tazas de las que realmente hemos puesto de agua.
Además de usar un café en grano de calidad y fresco -tostado lo más recientemente posible- por supuesto la calidad del agua es básica. El depósito no incluye ningún sistema de filtro, así que mejor filtrarla, sobre todo si vivimos en una ciudad en la que la del grifo no tiene un sabor bueno.
Además del café, el único consumible son los típicos filtros de papel que usan muchas cafeteras de filtro. La marca recomienda usar unos específicos para esta gama pour over, con un precio de algo más de 3 euros por 40 filtros. Más allá de detalles técnicos -seguro que eso daría para otro máster, como casi todo en el mundo del café-, sí hemos notado que no tienen el clásico olor a papel que se aprecia en muchos filtros y que podría afectar al café.
¿Y el resultado? La verdad es que muy bien. Permite obtener lo mejor de unos buenos granos de café combinando tres claves: recién molido, control de la temperatura de agua de extracción -el punto flojo de las cafeteras de goteo más sencillas- y el original sistema de reparto del agua.
Y todo, además, de forma muy sencilla y asumible en el día a día. Que una cosa es el postureo cafetero y otra ponerte con la balanza, el termómetro y demás cada mañana para poder tomar una taza de café. La cafetera, por cierto, incluye una placa que mantiene el café caliente aunque, claro, el paso del tiempo va a afectando a su calidad y aroma.
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La única pega es que, pese al bonito y aparente diseño, hay demasiado plástico en todos los componentes, lo que obliga a preguntarse qué tal envejecerá. La capacidad del molinillo también es limitada, pero en cierto modo eso es bueno para no dejar ahí medio kilo de café en grano y casi obligarnos a reponerlo cada mañana tras haberlo guardado en condiciones.
Si nuestra cocina no es muy grande, la inversión de espacio de encimera es considerable. ¿Se podría hacer esto mismo con un diseño vertical con molinillo integrado como vemos en otras cafeteras de goteo de Melitta? Ahí dejamos la idea.
Y respecto al precio, aunque esos más de 300 euros asustarán a quien busque una cafetera de goteo sin más, la suma de un molinillo casero de gama media y una buena cafetera de goteo ya supera esa cifra. De hecho, la famosa Moccamaster ronda los 250 euros sin molinillo y sin este sistema de extracción avanzado.
Un buen café elaborado en un restaurante no tiene comparación. Pero está claro que estas cafeteras cuentan con una tecnología de vanguardia.