Sin duda la diferencia entre un tomate llegado del otro extremo del planeta en pleno invierno y uno que hayamos cultivado nosotros mismos o alguien de confianza es enorme. En La Gulateca valoramos el sabor y la tranquilidad que ofrece la agricultura ecológica. Pero de aquí a demonizar las lechugas de supermercado como los grandes causantes de los males del mundo hay un trecho.
Abundan últimamente discursos tremendistas sobre la alimentación. No nos podemos fiar ni de frutas, ni verduras, ni carne, ni pescado, ni leche, ni huevos… Acojonadísimos nos quedamos al ver, por ejemplo, este documental de TV3. Aunque, pensando un poco, también es cierto que no comer debe matar más que meternos entre pecho y espalda una ensalada de bolsa y una rodaja de salmón.
Como los mensajes entran mejor con humor que con el discurso del miedo, nos encanta esta iniciativa de Veterinarios Sin Fronteras en Castilla la Mancha. No está nada mal promocionar la agricultura ecológica -para quien pueda permitírselo- con vídeos como este. Somos fans de Mauricio pero seguro que algún que otro K44 ha ocupado la despensa. Y no pasa nada.
Pero si sólo te hace risa y luego te vas a comprar al Mercadona tampoco adelantamos nada.
Claro que no, Alvaro, lo que nosotros creemos es que cala más el mensaje en tono humorístico que el discurso casi-apocalíptico de algunos. Somos pro productos ecológicos 100%. Pero no todo el mundo puede permitirse comprar fruta y verdura ecológica cada semana y si a eso le sumamos los huevos, la carne, los lácteos… ¿Qué se debe hacer entonces? ¿Dejar de comer antes que ir a comprar a Mercadona? ¿Hay que demonizar a quien lo hace sin pararse a pensar el porqué? Yo creo que es mejor tratar de explicar las cosas y si es con una sonrisa en la cara, mejor.
Sin duda, si yo también he colgado el vídeo en mi Facebook. Pero no estoy de acuerdo con una cosa, creo que la mayoría de la gente sí puedeermitirse consumir productos ecológicos, lo digo por propia experiencia. Es una cuestión de prioridades y de decidir en qué quieres gastar el dinero y, claro está, limitar el consumo de productos como la carne, los huevos y el pescado. Evidentemente nadie tiene que demonizar a nadie por comprar en el Mercadona o similares, pero habría que hacerlo lo menos posible, y eso es mucho menos de lo que se suele hacer.
Por cierto Marta, tengo que decirte que hata hace un rato pensaba que este post era de Iker, y mi primer comentario pretendía ser un puyita para él, ya que en el curro siempre le echo en cara que vaya al Mercadona sin parar. Lo digo por si había sonado un poco borde.
Jajaja. No te preocupes Alvarillo. Puedes seguir metiendo puyas, las encajamos deportivamente!