
¿Quieres un póster con las doce frutas y verduras supuestamente más contaminadas con pesticidas? Me lo pregunta un amigo que sabe cómo tocarme la fibra, añadiendo un link a la tienda de una instagramer muy bio orgánica y détox que, efectivamente, vende ese póster.
No es la única, así que el nombre en concreto da igual. Es una de las recetas que más triunfa en esta red social: un mensaje inicial con mucha lógica (come más fruta y verdura) combinado con una buena dosis de quimiofobia, desinformación nutricional y, por supuesto, detrás, un negocio para vender lo suyo. El sistema Paltrow pero de tercera regional, vaya.
El caso es que esas doce frutas y verduras tóxicas son tan famosas que tienen hasta su propio nombre: Dirty Dozen. Los doce sucios o Los doce del patíbulo, si se prefiere la referencia cinematográfica traducida.
Un viejo cuento que se remonta a los años 80 en Estados Unidos y que, para mi sorpresa -y pena-, no solo sirve para vender posters y quinoa en Instagram, también para confeccionar titulares alarmistas en la prensa seria.
La historia completa la explicaban estupendamente por aquí hace ya unos años: esto de los dirty dozen es simplemente una lista que publica cada año la organización ecologista EWG (Enviromental Working Group).
No es solo que las conclusiones sean ampliamente cuestionables, o que el mensaje sobre la toxicidad de ciertas frutas se haya explicado muchas veces, es que no hay por dónde cogerlo.
https://www.instagram.com/p/By55KawFwfA/
Y es que -sorpresa- esta organización tiene vínculos con empresas que venden productos ecológicos planteados como alternativa a los “contaminados”, se dedica a vender sellos de buenas prácticas a otras empresas y, por supuesto, guías y libros a los atemorizados consumidores que, lógicamente, no quieren tóxicos en sus platos.
Por supuesto, da igual que se haya explicado mil veces que hay controles sobre la fruta y verdura que comemos y que los niveles tolerados de pesticidas son ínfimos y seguros. Por lo visto, tampoco sirve de nada señalar que, en todo caso, cualquier contaminación quedaría en la superficie y no en el interior, con lo que un lavado sería suficiente. Pero claro, lavar la fruta es un lema con menos fuerza que eso de dirty dozen.
No sirve de nada porque aquí de lo que se trata es de hacer negocio con el miedo. Una idea muy innovadora sí. Ya sea vendiendo posters absurdos pero muy cuquis o certificados de ecológico.
Otra pista sobre la credibilidad de esta organización “sin ánimo de lucro”: lo mismo se dedican a meter miedo con la fruta que a cuestionar la seguridad del agua del grifo para luego, claro, recomendarte o venderte filtros.
https://www.instagram.com/p/BxgBcSvFyZT/
En realidad le dan a todo, desde piscinas tóxicas hasta vincular pesticidas con autismo. Su cuenta de Instagram debería ser suficiente para que absolutamente nadie se tomara en serio a esta gente.
https://www.instagram.com/p/Bx0Hg9tFdfD/
Pero volviendo al tema: ¿quieres que tus frutas y verduras no sean dirty? Compra de temporada y de proximidad. Esos aguacates ecológicos y con plástico que viene del otro lado del mundo o esa sandía en diciembre sí que son tóxicos para el planeta. Y para la inteligencia.