¿De verdad desayunar pizza es buena idea?

Un titular jugoso y una curiosidad de esas que despierta gestos de complicidad e invita a compartirla en redes. Supuestas noticias que, en realidad, nos gustaría que fueran ciertas aunque sabemos de sobra que no es así. Todos lo hacemos, cierto, sometidos al imperio de ese nuevo periodismo con demasiadas prisas que sólo busca el click rápido.

Patatas fritas contra la calvicie, cervezas que nos hacen más listos, la undécima nota de prensa que promete que el alcohol es saludable, una tarta de chocolate que adelgaza, o que desayunar pizza es una excelente idea desde el punto de vista nutricional.

Detrás de todas esas supuestas noticias, sólo hay una campaña de marketing, un estudio de mercado que dice lo que quien lo ha pagado quiere que diga, o la ocurrencia del iluminado de turno que acaba aupado a los titulares de medio mundo. El problema es que, aunque todo sea con mucha risa e ironía, seguro que algo queda y alguien acaba pensando que esa noticia graciosa iba en serio.

Y lo de la pizza para desayunar ha sido el último capítulo de una fórmula siempre eficaz desde el punto de vista mediático: algo de dudosa calidad e interés nutricional, pero que a casi todo el mundo gusta, acaba de repente convertido en casi una de esas superfood que también nos encantan a los medios.

La historia surge del comentario de una dietista-nutricionista en The Daily Meal. Según comenta Chelsey Amur -posiblemente sin saber que se iba a convertir en la diosa de los amantes de la pizza de medio mundo-, si hay que elegir entre desayunar un bol de cereales o una pizza, mejor quedarse con lo segundo.

Así, a lo loco. Y aunque es verdad que el instinto nos lleva a pensar que, si hablamos de los típicos cereales cargados de azúcar, lo de la pizza tampoco es tan mala idea, el problema viene de la irremediable generalización que se produce a partir de un comentario que, de entrada, debería contemplar muchos matices.

Porque, como muchos nutricionistas -con las cabezas mejor amuebladas que Chelsey, aparentemente- se han encargado de aclarar estos días ante el aluvión de medios que se han apuntado a lo de recomendar pizza para desayunar, habría que hablar mucho de esa pizza antes de incluirla en el menú del desayuno como algo sano.

Y es que no es lo mismo si hablamos de una tostada de buen pan integral con un poco de aceite, tomate y algo de queso, que de una pizza industrial recalentada de la noche anterior como, posiblemente, está pensando el 99% de la gente al hablar de pizza. Un plato de escaso o nulo interés nutricional que poco va a portar a nuestra primera comida del día. Sí, exactamente igual que los cereales de turno.

Ese es el problema, que estamos dando a elegir entre dos alimentos que, en realidad, cuanto más lejos estén de nuestra dieta mejor. ¿Es mejor una pizza que unos cereales de desayuno? Depende pero, en líneas generales, mejor olvidarse de los dos.

Eso sí, resulta curioso que, como se comentaba por las redes sociales, el desayuno a base de garbanzos que una madre ofrecía a su hijo provocase casi un cisma social en el país, mientras que lo de la pizza ha generado sobre todo sonrisas de complicidad y mucho titular dando palmas de alegrías.

Igual el problema de fondo de todo esto -más allá de lo del periodismo y su eterna crisis- es que parecemos estar esperando el titular absurdo de turno para comer o beber algo que sabemos que no es bueno sin sentirnos tan culpables.

Así que no, la pizza recalentada para desayunar, o esa copita de vino en la comida, o la riquísima ración de torreznos del aperitivo, ni son sanos ni hay que esperar que lo sean. Por muchas ganas que tengamos de creernos esas mentiras piadosas que tanto venden.

2 COMENTARIOS

  1. Ahora viene el doctor Cinabrio a decirnos aquí que la copita de vino también es mala. Y respirar, no te j…, el oxígeno acorta los telómeros de la hélice de ADN hasta que te haces viejo como una pasa. Dejemos de respirar pues.

  2. Su entrada de blog también es tendenciosa. Si no recuerdo mal, la noticia hablaba de una pizza de masa integral, artesanal con productos frescos, entre los que se incluían algunos vegetales, no de una pizza industrial recalentada del día anterior. ¿Cereales industriales azucarados o pizza artesanal? Puestos a elegir, todos lo tenemos más o menos claro, desde un punto de vista nutricional.

    A ver si nos aplicamos el cuento antes y contextualizamos las cosas. Parece que esta entrada está hecha para ganar unas cuantas noticias y comparticiones. El periodismo y su eterna crisis.

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