La experimentación en el diseño llevada a su máxima expresión. Así podría definirse esta cubertería, que nace en Ámsterdam de la mano de la plataforma Steinbeisser. Después de cinco años de experimentación en el diseño de alimentos y rituales culinarios, el resultado es esta cubertería que huye de las normas establecidas para ofrecer una experiencia culinaria única.
El proyecto ha sido desarrollado en el marco de la iniciativa Experimental Gastronomy en la que han trabajado más de 25 artistas internacionales que, con la ayuda de la plataforma y otros tantos chefs de renombre, han creado esta colección. Más que de cubiertos deberíamos hablar de piezas de arte en sí mismas, ya que cada una de ellas invita de un modo u otro a la reflexión.
Todas las piezas de la colección han sido diseñadas con el objetivo de ofrecer al comensal nuevas formas de disfrutar de la comida, huyendo de convencionalismos y reconsiderando ideas preconcebidas acerca de nuestra relación con la mesa, el menaje y la comida. Piezas que destacan, no sólo por su belleza estética, sino, en algunos casos, por la búsqueda de provocación.
Y es que, si observamos detenidamente alguna de las piezas de la colección, en más de una casa las cenas podría acabar pero que muy mal. Menos mal que, por el precio que tienen, la mayoría de los mortales las tendríamos expuestas en una vitrina de la que no saldrían ni en Fin de Año.
Una gilipollez, y tú llamas arte a esa gilipollez.