Coravin, servir vino sin quitar el corcho

Coravin

Preparad vuestro mejor movimiento escéptico de ceja para recibir a uno de los inventos relacionados con el vino más fascinantes del momento. Y es que lo que promete Coravin es nada más y nada menos que abrir una botella de vino sin necesidad de quitar el corcho. O mejor dicho: acceder a una botella de vino para servir una copa sin sacar o dañar el corcho.

Coravin Wine Access System es un invento del que por lo visto se lleva meses hablando en Estados Unidos pero que no es tan conocido en Europa. Ideado por Greg Lambrecht, según explica su creador, el objetivo de este artilugio es acabar con ese drama humano que se produce cuando nos apetece beber una copa de vino pero no lo hacemos para no tener que descorchar la botella y tener que acabar bebiéndola entera o resignarnos a que pierda calidad con el paso de los días.

La solución propuesta es de lo más ingeniosa. El sistema de «acceso» consiste en un aparato con forma similar a la de un abridor que inserta una especie de aguja en el corcho de la botella. Después se inyecta gas argón para presurizar la botella y obligar al vino a salir a través de la aguja insertada en el corcho.

Una vez servida la copa, se saca esta delgada aguja y el corcho se recupera de forma natural. Lo importante es que durante el proceso el oxígeno no entra en contacto en ningún momento con el vino, con lo que no da comienzo la oxidación de la bebida. ¿Y funciona? ¿Eso de inyectarle argón no suena un poco raro?

Lo cierto es que sí y que se trata del típico invento que genera casi la misma desconfianza que esos trastos mágicos que anuncian en las teletiendas. Pero según explican, el uso del gas argón es habitual en las bodegas para, precisamente, preservar el vino.

Además, quienes sí lo han probado al otro lado del Atlántico aseguran que funciona. No sólo se consigue servir una copa con el corcho intacto, sino que muchos vinos que han sido «accedimos» -suena raro, pero es el término que usan- hace muchos meses están exactamente igual que uno recién descorchado.

El Coravin 1000 System cuesta 300 dólares y cada una de las cargas de gas -que sirve para extraer unas 15 copas de vino- ronda los 11 dólares. Se envía a todo el mundo, así que ya no tenéis excusa para no meterle mano a ese Petrus que tenéis en la bodega y que cada noche soñáis con abrir para tomar sólo una copa.

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