Los simpáticos y ricos cacahuetes cubiertos de chocolate que presumen de estar requetebién tienen un serio problema. Iba a decir que tienen un marrón, pero no está el tema para chistes con colores. En realidad, no es nada que a estas alturas pille a nadie por sorpresa, y es más que seguro que en Lacasa -la empresa propietaria de la marca- ya tenían una carpeta sobre asuntos a resolver dedicada a este producto. Y si no la tenían, está claro que deberían.
¿Quién podrían imaginar que una marca cuya imagen lleva décadas vinculadas a figuras inspiradas en caricaturas de africanos con su lanza y todo -los anuncios pueden verse en el canal de la marca- iba a tener problemas de racismo en 2020? ¿Cómo adivinar que igual alguien podría sentirse ofendido por esa imagen que durante años, además, fue remarcada con anuncios que incidían en el chistecillo de los aborígenes africanos con forma de dos cacahuetes de chocolate?
Así que el tema puede ser cualquier cosa menos una sorpresa. De hecho, la firma ya realizó algunos cambios hace unos años a las figuras de los Conguitos para modernizarlos y alejarlos de esa representación estereotipada y ofensiva de personas negras. Funcionó durante unos años, pero estaba cantado que el tema volvería a salir.
¿Cómo que ofensiva?, se preguntan quienes consideran que si a ellos algo no les parece racista significa que no lo es. O que algo percibido con normalidad hace décadas -publicidad de tabaco con médicos o mujeres embarazadas- no puede convertirse en una aberración con el tiempo.
Pues sí, ofensiva porque, como estos días han relatado diversas personas negras, lo de Conguitos fue el simpático nombre que tuvieron que soportar durante muchos años. Opcionalmente acompañado de la conocida canción de estos chocolates.
Por si faltaba algo de gasolina para la hoguera, los pirómanos de VOX no han dudado en apuntarse a la fiesta. Si hasta hace nada el tema podría incluso ser calificado de anécdota o de una de esas tormentas que igual pasan en un par de días, ver a la extrema derecha presumiendo de comer Conguitos ha conseguido que, ahora sí, Lacasa tenga un problema, y de los gordos.
Que acusen a tu marca de racismo y el partido más alineado con posturas xenófobas -por decirlo de forma suave- salga en su defensa es posiblemente una de las peores cosas que te puede pasar. Toda el discurso de Lacasa sobre la inocencia del producto, cómo fue creado con buena intención, que es algo simpático o que también hay Conguitos de chocolate blanco queda diluido cuando algún genio saca la bandera y, con muy pocas luces, dice que #ConguitosLiveMatters.
¿Se puede ser tan cafre de apropiarse de un lema sobre derechos civiles y contra el racismo para convertirlo justo en lo contrario y usando para ello el producto que supuestamente se defiende? Pues parece que sí.
La bandera de la resistencia. #ConguitosLivesMatter pic.twitter.com/OTnaSPE9dV
— Yordanovskii (@yordanovskii) June 26, 2020
Así que si quedaba alguien con dudas sobre si Conguitos (el nombre, el concepto…) era o no racista, ahora desgraciadamente ha quedado claro.
Las respuestas de Lacasa, por mucho que creamos firmemente en sus buenas intenciones, se han quedado ya cortas y, si son ágiles, deberían desmarcarse ya mismo de partidos de dudosa reputación en estos asuntos y tal vez tirar de los consejos de quienes ya les han propuesto un rebranding completo de la marca.
Y quien dice Lacasa dice Central Lechera Asturiana con sus batidos de Conguitos que, por otra parte, la dieta y salud de los más pequeños también lo agradecerán.
De esa forma, y una vez resuelto el asunto, podremos seguir comiendo estos deliciosos chocolates tranquilamente y, ojalá, ocuparnos de casos de racismo más graves e igual de cercanos. Como el de tantos y tantos trabajadores del campo venidos de otros países y que tienen que soportar unas condiciones de trabajo y de vida lamentables.
En Cuba, comíamos africanas, y en un país donde «el que no tiene de guinda tiene de mandinga» nunca fue problema.
Ahora dicen que la casa L´oreal también se va a desmarcar del asunto quitando los términos blanqueador y claro de algunos de sus productos de cosmética. Creo que esto se está yendo definitivamente de las manos.
También se acusa de «apropiación cultural» si una blanca se hace trenzas africanas, ¿qué se le dirá entonces a las personas de raza negra que se alisan el cabello y se lo ponen rubio?
Recuperemos el sentido común.