En poco tiempo, Nusret London se ha ganado fama de ser uno de los restaurantes con los tickets más abultados de Londres. Algo que tiene mucho mérito para un steakhouse en una ciudad donde comer con mantel y vino siempre es bastante caro.
Pero aquí hablamos, claro, del restaurante del famoso Salt Bae y de una carta en la que el Tomahawk (un caro y gigantesco corte de carne) con oro sale por unos 1.700 euros. ¿Y cuánto cobran los trabajadores de este carísimo restaurante de moda? Una reciente oferta para el puesto de cocinero jefe de partida ha permitido saber que el salario anda sobre los 14 euros la hora.
Por contextualizar la cifra, según diferentes estudios del mercado laboral en Reino Unido, un trabajador de McDonalds en Londres anda sobre las 9 libras la hora, lo que confirmaría que las 12 libras la hora que ofrecen en Nusret London son un poco justas.
O un chiste de mal gusto si se mira la lista de precios y se comprueba que, con el salario de una hora, un cocinero podría pagarse solo un refresco de la carta del restaurante.
Mientras la prensa británica critica una oferta de trabajo así en uno de los restaurantes más caros del país -para colmo, se habla de salario competitivo en la propuesta- es imposible no leer la noticia y pensar en lo que ocurre en España.
Estos días se ha vuelto a hablar mucho de condiciones de trabajo, sueldos y la actitud de algunos hosteleros que, al parecer, se sorprenden cuando los aspirantes a un puesto preguntan por su salario. El debate, no obstante, va más allá de este caso y, por fin, parece que el tema de las condiciones de trabajo en la hostelería es un asunto a tratar.
No sabemos si porque ya tocaba, porque falta personal o porque realmente hay gente dispuesta a cambiar las cosas en lo que respecta a horarios, sueldos y condiciones de trabajo en general. En las ferias de gastronomía todos dicen que es por esto último y nos gustaría pensar que es verdad.
El caso es que siempre que alguien menciona el tema, una de las respuestas recurrentes desde el mundo de la hostelería es que si queremos que los trabajadores de bares y restaurantes ganen más, habrá que pagar más en la cuenta.
Vaya, que parte de esa subida salarial la tendría que asumir el cliente para que los números sigan saliendo y los trabajadores puedan vivir un poco mejor. Al menos ese es el razonamiento de parte de la patronal hostelera y el mensaje que poco a poco va calando, mientras se recuerda que, en comparación a otros países europeos, comer y beber en España es relativamente barato.
La teoría está muy bien y seguro que hay clientes encantados de pagar más por el menú, el café o el ticket de un gastronómico si eso repercute en sueldo y condiciones de trabajo. El problema es que casos como este de Londres nos recuerdan que la regla de tres entre ticket y sueldo de los trabajadores no siempre funciona bien. Y que, en algunos casos, pagar más simplemente significará que el empresario gane más.
Si una chuleta vale 1700 euros x una vaca no cobrará menos de 10000 euros.