Bebidas diferentes en envases reutilizables

ApfelschorleMarcharse a pasar un tiempo fuera de nuestras fronteras es un arma de doble filo para cualquier cocinillas. Por un lado, la nostalgia gastronómica no tarda en aparecer: que si el yogur no sabe igual, que si las patatas son más dulces y no queda bien la tortilla… Por otra parte, es también una oportunidad para descubrir nuevos sabores, preparaciones, productos y formas de hacer.

Y en esas estamos, en concreto en Alemania, como Pepe. En pocos días, ya hemos empezado a indentificar algunas cosas que no nos pitufan demasiado en los supermercados de Munich. Por ejemplo, que la variedad de productos precocinados y salsas preparadas es prácticamente infinta y eso se traduce en que mucha gente dedica no más de dos minutos a prepararse la comida: abrir, calentar y servir.

Por otro lado, hay cosas que bien podríamos importar. Hemos descubierto, por ejemplo, un sistema bastante extendido para tener bebidas y refrescos en casa, cuidar el medio ambiente y, además, ahorrar.

Se trata de las bebidas que ofrece desde hace varias décadas la cervecera Brauerei Rapp. Disponen de una amplia variedad de cervezas, refrescos, zumos y aguas minerales envasadas en botellas de vidrio de medio litro.

La gracia de estas bebidas es múltiple. Por un lado, están muy ricas, tienen sabores de refrescos a los que no estamos acostumbrados: lima, mandarina, naranja y limón, Apfel-schorle -una especie de refresco de manzana y agua con gas o limonada- o la clásica limonada. Todos ellos hechos con zumo de frutas, agua mineral, poco azucarados y con burbujas muy finas.

Además, te las traen a casa, el precio es razonable (entre 6,5 y 9 euros la caja de 20 botellas) y las botellas tienen un aire retro muy molón. Puede parecer muy de comodones suscribirse a un servicio de bebidas a domicilio y, en cierta manera, lo es pero tiene más ventajas que la de no tener que cargar con las botellas hasta casa.


La fundamental, en nuestra opinión, es que todos y cada uno de los envases que utilizamos para las bebidas son reutilizados. Es decir, cuando se acaba una botella se guarda vacía en la caja y cuando nos dejan el pedido, el repartidor se lleva las botellas vacías para lavarlas y rellenarlas. Vamos, como se hacía hace años con la leche en los pueblos o como hoy en día se hace en los bares.

Con este sistema, la cantidad de envases para reciclar se reduce significativamente en comparación, por ejemplo, con los que una suele tener en Barcelona.

Además, en este caso, no se trata de reciclar, si no de reutilizar, de dar múltiples vidas a un mismo envase. Algo que se consigue fundamentalmente con el vidrio, casi en vías de extinción en los supermercados españoles.

¿Sería posible implantar un sistema parecido en España? No sabemos si triunfaría mucho pero, desde luego, es una idea para importar. ¿Algún emprendedor en la sala?

1 COMENTARIO

  1. Pero eso es lo que se hacía antes en cualquier tienda de barrio cuando llevabas los cascos de los botellines… y encima te sacabas unas pesetas que se acababan gastando en chicles de peseta, jeje.

    Vaya, parece que es una cosa de viejos y tengo sólo 33 años.

    El caso es que esto que hablamos que se hace ahora en Alemania se ha hecho aquí siempre, lo que pasa es que con el «progreso» aparecieron los envases no retornables y nos hemos vuelto demasiado comodones.

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