Arsénico en el arroz. ¿Hay que preocuparse?

Pocas cosas gustan más en televisión que meter miedo al personal. Y si es con lo que comemos y, por el mismo precio, insinuamos que nos están envenenando, el éxito de audiencia y la consiguiente histeria están asegurados. Da igual que, más allá de los escándalos alimentarios de turno, esté demostrado que el control, regulación y seguridad de lo que nos llevamos a la boca sea mayor que nunca, el miedo siempre vende.

Aceite de palma, panga, azúcar… El problema es que, como siempre, falta información y consejos en condiciones, y sobra alarmismo sobre cada nuevo villano que va apareciendo en la estantería del mercado. Y tras el programa de ayer de Comando Actualidad dedicado a los «alimentos cuestionados», seguramente a estas alturas muchos estén mirando de reojo el paquete de arroz.

¿Ya ni arroz podemos comer?, es posiblemente la pregunta recurrente del día. Como ocurre casi siempre, en realidad la presencia de arsénico en el arroz no es ni mucho menos algo nuevo ni desconocido. Por mucho miedo que de su nombre, resulta que el arsénico inorgánico está presente en el suelo, y de ahí que sea habitual encontrarlo en dosis ínfimas en muchas plantas y cereales.

Pero hay dos problemas. El primero es que es un elemento clasificado como cancerígeno, y el segundo, que la cantidad de arsénico en el arroz es entre 10 y 20 veces superior a otros cereales, por el sistema de cultivo por inundación que suele utilizarse. ¿Significa eso que es peligroso su consumo?

Depende de la dosis, claro. Pero pensando en un consumo de dos raciones por semana –explica el profesor Andy Meharg de la Queen’s University a la BBC– no hay ningún tipo de riesgo. En todo caso, sería menos recomendable un consumo habitual por parte de niños. De hecho, ya en 2015 las autoridades suecas recomendaron eliminar las tortas de arroz de la dieta de los menores apuntando precisamente a los niveles de arsénico y sus efectos en el desarrollo inmunológico de los pequeños.

Pero, un momento, no tiremos todavía a la basura el arroz y empecemos a buscar otros cereales alternativos. Entre otras cosas, porque resulta que el pan y los lácteos son los que mayor aporte de arsénico tienen en nuestra dieta habitual, sin que haya titulares que llamen al pánico por ello.

Además, hay métodos de cocción que pueden reducir notablemente la presencia del arsénico. Según este mismo artículo, dejar el arroz en remojo la noche anterior, lavarlo antes de cocinarlo y cocerlo con mucha cantidad de agua y escurrirlo después -en lugar de ajustar las proporciones para que se consuma todo el agua durante la cocción- son buenas ideas.

En esa misma línea, este recomendable artículo de La Vanguardia aborda el asunto aportando un poco de tranquilidad al tema del arsénico en el arroz de origen nacional. Y es que el arroz de origen español presenta unos niveles  inferiores a los de otros países (Estados Unidos, India, Reino Unido) y muy por debajo de los niveles máximos marcados por la Unión Europea. Los suelos menos contaminados son la clave de estos resultados.

Además de los menores, otro grupo de riesgo son los celíacos por el mayor consumo de este cereal. Precisamente pensando en estos dos tipos de consumidores, el investigador Angel Carbonell recomienda en el citado artículo apostar por el arroz blanco frente al integral, que retiene más cantidad de arsénico.

Es decir, que aunque efectivamente el arroz tiene arsénico, sus niveles están lejos de ser peligrosos si pensamos en el consumo medio habitual. En todo caso, sobre todo en el caso de niños y celíacos, y siempre sin dejarnos llevar por el alarmismo, mejor arroz blanco y cocido con agua abundante.

10 COMENTARIOS

  1. La pregunta que yo cuestionaría más que si es peligroso tal o cual cantidad de químico debería ser si poco o mucho es beneficioso para nuestra salud ingerir esa sustancia o si nos aporta algo o no de lo que podríamos prescindir.

  2. A ver, me paso al arroz integral porque dicen los nutricionistas que libera los azúcares más lentamente, y es mucho mejor. Ahora hay que volver al blanco porque retiene menos el arsénico. Al final nos volveremos locos.

  3. La recomendación de arroz integral sigue siendo válida. Eso sí, en el caso de los mencionados grupos de riesgo y de un consumo muy alto, el arroz blanco es más recomendable por contener menos arsénico. Pero, no perdamos de visa que, como se explica, hay otros productos (lácteos y pan) que tienen más aporte de este contaminante, así que la idea es no crear alarmismo.

  4. El arsénico en el arroz es casi tan peligroso como el arsénico en los periódicos amarillistas 😂😂😂😂😂

  5. SInceramente, recordar que otros productos también aportan arsénico, tengo entendido que porque se consumen en más cantidad, tampoco ayuda a rebajar el alarmismo. Si tenemos en cuenta los riesgos de la carne y el pescado, que casi todos los cereales están en solfa, etc…. nos vemos abocados a una dieta vegana y además sin cereales. O si no a hacer lo que siempre hemos hecho, comer lo más variado posible, siempre las toxicidades dependen de las cantidades, y no informarnos tanto, porque empieza a ser kafkiano

  6. Sigo la divulgación de profesionales de la nutrición que, si bien son rigurosos en lo cualitativo, no siempre son tan estrictos en lo cuantitativo. Es legítimo que quieran justificar la existencia de su propio negocio constantemente, pero no a base de buscar el impacto y la alarma exagerando riesgos. Por ejemplo, algunos tienen una especie de cruzada contra el azúcar, y dan un montón de razones científicas que cualitativamente son correctas, pero cuantitativamente no. Van más allá de las recomendaciones de la OMS y son, a fin de cuentas, más papistas que el papa. Estas son las directrices de la OMS con respecto a la ingesta de azúcar: http://bit.ly/OMS_azucar
    La OMS relaciona la ingesta de azúcar con engordar (nada nuevo bajo el Sol ¿verdad?) y el sobrepeso sí que está relacionado con todo tipo de enfermedades —coronarias, diabetes, etc—. Pues bien, ese es todo el drama del azúcar, que no engordes. Si estás en tu peso no hay ningún riesgo (salvo las caries, leed el link de la OMS que os he pasado, no me creáis a mí).
    Nos estamos dando un tiro en el pie exagerando esto de la alimentación sana. Conseguimos que la gente se obsesione con el azúcar, ponga la etiqueta «bueno» y «malo» alegremente, huya de la harina, de los aditivos «E-», de la palabra procesado, llegamos a la palabra «artificial», de ahí a la industria… se nos va de las manos cuando la gente llega a creer que las empresas nos envenenan adrede (incluso con las vacunas), se llega fácilmente a la quimiofobia, al activismo antitransgénico, y al final a lo contrario de lo que se quería, que era tener un criterio científico. Todo va de la mano, en un «totum revolutum» que después no vamos a poder parar, y el fanatismo va a más.
    Conozco personas adultas, sin sobrepeso, con sus analíticas perfectas, que se sienten culpables comiendo unas natillas, o un helado, a eso estamos llegando. Eso es sembrar miedo, culpa y controversia, no conocimiento. No acuso a nadie de promover la ortorexia, pero hay entradas de blogs, vídeos de YouTube, etc., que ayudan tanto como los bares en la lucha contra el alcoholismo. El postureo no mola, pero en salud, menos.
    Uno, en caliente, podría llegar a plantearse qué necesidad hay de la existencia de estas carreras y estudios (las de dietista y dietista-nutricionista). Para temas de salud, un médico. El médico tiene más conocimientos sobre salud que cualquier dietista-nutricionista, y además puede diagnosticar y recetar. Y si debo dejar de comer tal o cual alimento ya me lo va a decir «el de digestivo» cuando me diagnostique una intolerancia o un Crohn, o el cardiólogo al recetarme hemolíticos. Por lo demás, mi médico me va a decir lo mismo que un dietista (más fruta, más verdura, menos sal, ¡ese peso!, ejercicio, el estrés… se incide poco en el estrés) y todos tenemos báscula en casa. SÉ QUE HACEN MÁS LABORES, por eso no estoy en contra de los dietistas-nutricionistas, pero simplemente han de relajar el ritmo y no llegar al borde del intrusismo abarcando temas de salud que ya no es competen. Están tirando piedras contra su propio tejado y el tejado de los demás.

  7. ¿Los celíacos tienen un concumo de arroz superior al habitual o ese nivel habitual también los engloba a ellos?
    Porque l aharina de trigo tienen que cambiarla por otra y generalemnte lo que contienen es harina de arroz. De todas maneras, lo mejor es el control del arroz y analizarlo antes de introducirlo enla cadena alimenticias convenientemente para que no haya problemas.

  8. La gente cada dia es mas majadera.
    Mi tio come arroz 4 veces o mas a la semana y tiene 80 años, paellas de todas clases, valenciana, marinera, de marisco, de verduras, arroz al horno, arroz caldoso de conejo y pollo, arroz caldoso de verduras, arroz con acelgas, arroz amb fesol y naps …y mas que no me acuerdo
    ¿Y nadie habla de los fiambres, envasados, en latas, en botes ..todos con conservantes, edulcorantes, aromatizantes, potenciadores y tropecientos productos quimicos mas ¿Eso no es malo?
    Hoy paella a la valeniana a la salud de la Gulateca y de del Tonto Comando

  9. Estos hijos de perra malnacidos de la élite» no tardarán en contaminarnos el suelo para estar como ellos.

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