Alimentos que puedes comer aunque estén caducados, según la OCU

Verano, la nevera a tope, en marcha la operación para dejar el congelador y la despensa un poco despejados antes de vacaciones… El momento perfecto para repasar los apuntes sobre caducidad y, además, ponerlos al día ahora que sabemos que consumo preferente y caducidad no son lo mismo.

¿Hay alimentos que nos podemos comer aunque la fecha de caducidad esté pasada? Pues sí. La puesta al día del etiquetado para distinguir entre esos dos conceptos es una tarea pendiente de muchos productos, así que en algunos casos podemos saltarnos esa supuesta caducidad y consumirlo sin problema.

Recientemente la OCU –Organización de Consumidores– publicaba una lista con los alimentos que encajan perfectamente en esta descripción. Son estos y merece la pena tenerlos presentes para impedir que acaben en la basura sin ningún motivo.

  • Yogures. Posiblemente el ejemplo más conocido. No es que los yogures no caduquen, sólo que aguantan más de lo que indica la fecha, que la podemos considerar como de consumo preferente. El margen, en este caso, es de unos días pasada la fecha, y siempre haciendo caso a nuestro sentido común, el aspecto y el gusto para confirmar que no hay ningún problema.
  • Conservas de pescado y vegetales. Como su propio nombre indica, la gracia de las conservas es precisamente su capacidad de aguante. Sardinas, bonito, conservas de verdura  y compañía duran mucho tiempo, más allá de lo que diga la fecha que, de nuevo, será de consumo preferente. Así que adelante con comerlas incluso meses después de lo indicado. Ojo, las anchoas son semiconservas, de ahí que haya que guardarlas refrigeradas y esta norma no cuente para ellas.
  • Pasta, arroz y legumbres secas. Ya lo comentamos el otro día, en principio, la pasta no caduca. Puede que el paso del tiempo afecte a su calidad óptima, pero en ningún caso será un problema. Y lo mismo es aplicable al arroz, lentejas, alubias, garbanzos… Evidentemente, hablamos del producto en seco y no cocinado.
  • Tomate frito y otras salsas. Es verdad que una vez abiertos su caducidad es de unos días en la nevera, pero mientras están sin abrir la salsa de tomate y otros productos similares pueden aguantar mucho tiempo en la despensa. Más incluso de lo que indique la fecha del envasado. Según recomiendan desde la OCU, en el caso de la mahonesa u otras salsas con una cantidad considerable de grasas o aceite, lo único que puede ocurrir es que que adquieran un sabor un tanto rancio.
  • Embutidos secos, snacks, galletas o bollería. La fecha indicada es de consumo preferente y, de nuevo, aquí la grasa y el sabor rancio que puede ir adquiriendo con el paso del tiempo son lo que nos indicarán si merece o no l apena comérselo una vez pasada la fecha. Es decir, no nos van a sentar mal, pero puede que no estén ricos.