Al sector del queso tampoco le gusta Nutriscore

Da igual que Nutriscore esté diseñado para comparar productos dentro de una misma categoría y no para, por ejemplo, enfrentar a un refresco con una ración de jamón. También da igual que, a grandes rasgos, pueda tener cierta utilidad a la hora de identificar a simple vista si un alimento estaría dentro de los sanos o de los no recomendables.

Da igual, porque lo que está claro es que nadie quiere su etiqueta una D o una E, las perores notas que otorga este semáforo nutricional. Y eso es lo que está ocurriendo con algunos productos considerados como esenciales dentro de la dieta mediterránea habitual, pero que no salen muy bien parados si se analizan sus componentes más allá del contexto histórico, cultural o gastronómico.

Ocurrió con el aceite de oliva, que ya tiene más o menos pactado su perdón. Después se apuntaron los productores de jamón ibérico, a los que el Nutriscore tampoco dejaba nada bien. Y ahora es el turno del sector del queso, que también sale muy mal parado según el criterio de este sistema de puntuación.

Ellos han sido los últimos en sumarse a la creciente lista de productos que piden ser una excepción y quedar fuera de la obligatoriedad de lucir esta información. Según explican las organizaciones gremiales del queso y el sector ganadero, la mayoría de quesos quedarán englobados en las dos peores categorías (D y E) por su contenido en grasa y sal.

El problema -explican- es que este sistema analiza los nutrientes por separado, sin hacer una lectura nutricional conjunta del producto. Que el queso pueda ser catalogado como un alimento sano sería muy discutible, pero es verdad que las notas de Nutriscore chocan con esa clásica recomendación de consumo de varios lácteos al día que está tan instalada en nuestra sociedad, y no tienen en cuenta el origen de las grasas de este alimento.

Lógicamente, tampoco debería ser igual un producto ultraprocesado que entre en la categoría de queso con un queso elaborado de forma mucho más artesanal. Otro de esos puntos en los que Nutriscore no entra y que, lo diga o no el gremio de turno, también pueden llevar a confusión al consumidor.

En cualquier caso, la creciente lista de peticiones de indulto confirma que queda mucho trabajo por hacer a la hora de convertir el Nutriscore en una herramienta realmente útil para facilitar la compra y no ser un instrumento más de la industria alimentaria para vender sus productos insanos ligeramente disfrazados para tener mejor nota.

1 COMENTARIO

  1. El nutriscore solo es marcar los productos que engordan Me parto. Que tristeza de pais donde no te dejan ni disfrutar de la comida

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