Desde luego no es el nombre de receta más glamuroso del mundo. La acelga es, de lejos, la verdura con peor fama. Denostada por adultos, odiada por los niños y encasillada como el castigo supremo que uno puede sufrir en caso de tener que ponerse a dieta. Toda esta fama es injusta. La acelga no es solo una verdura baja en calorías -como casi todas- sino que es sabrosa y ofrece muchas posibilidades.
La otra protagonista de la receta, la sardina, es el pescado de los pobres. El más humilde, el que se sitúa a años luz de la categoría de rapes y lenguados. Las sardinas son pequeñas, tienen muchas espinas, nos pringamos la manos al comerlas y consiguen que toda la casa apeste después de cocinarlas. Solo son unos pequeños inconvenientes para un pescado de alto valor nutritivo con muy poco coste. Además, para evitar algunas de estas molestias, en casos puntuales podemos recurrir a las sardinas en conserva. Seguro que hay por ahí algunas latas en el fondo más fondo de la despensa.
El conjunto de acelga y sardina es un plato económico -para momentos de crisis de liquidez profunda- asquerosamente sano pero muy sabroso y apetecible. Además, si cuidamos un poco la presentación, la humildad hecha receta luce tanto como el más sofisticado de los platos. Es el momento de quitarse prejuicios y lanzarse a las acelgas.
Ingredientes (para 2 personas)
- Un manojo de acelgas
- Un diente de ajo
- Una pizca de comino en polvo
Para el paté de sardinas
- 2 latas de sardinas en aceite de oliva
- 2 cucharadas de puré de tomate
- 1 cucharadita de alcaparras
- 1 cucharadita de mostaza a la antigua
- 2 cucharaditas de salsa de soja
- Aceite de oliva
Preparación
Empezamos por el paté de sardinas. Para ello ponemos en el vaso de la batidora las sardinas -escurridas del aceite de la lata- junto con los demás ingredientes. Trituramos bien hasta obtener una textura fina. Para que sea aún más fina podemos quitar las espinas de las sardinas. Nosotros hemos preferido ponerlas todas enteras, con raspa incluída, porque son muy ricas en calcio.
Ya que estamos podemos aprovechar para preparar más cantidad de este paté para tener en la nevera. Unas tostadas de pan untadas con él están de vicio.
Vamos a por las acelgas. Separamos las pencas más hermosas, les quitamos los hilos y las cocemos al vapor. En unos 5 minutos al microondas estarán al punto. Deben estar cocidas pero firmes.
Limpiamos las hojas y las pencas más pequeñas. Les damos un hervor o las cocemos un par de minutos al vapor. En una sartén con un poco de aceite de oliva doramos un diente de ajo picado. Añadimos las acelgas bien escurridas y salteamos unos minutos con una pizca de comino en polvo.
Tan solo queda emplatar. Ponemos el salteado de acelgas en el fondo del plato. Rellenamos las pencas que hemos cocido al vapor con el paté de sardinas y las ponemos encima del salteado, con cierta gracia.
Presentado así cualquiera diría que es un plato de régimen. Si queremos darle un poco más de consistencia podemos añadir al salteado de acelgas unas patatas hervidas y cortadas a rodajas, o bien acompañar el plato con tostadas de pan untadas con un poco más del paté de sardinas.
Acelgas ricas, acelgas gustan… paté interesante. Receta a la lista para hacerla en breve. Gracias.