5 sopas para sobrevivir al frío

Sí señores, el invierno ha llegado al fin. El frío siberiano ya nos ha dejado, pero mucho nos tememos que las bajas temperaturas va a durar un tiempo aún. Y nada como este frío tan intenso para que se despierten las ganas de sopa. Sopas de invierno, contundentes, con sustancia. En La Gulateca proponemos cinco de nuestras preferidas para hacer más soportable esta época.  Por cierto, casi sin darnos cuenta esta selección sopera se ha convertido en una especie de viaje por Europa. Un viaje muy sabroso.

1. Caldo gallego (Galicia)

Empezamos por lo más próximo. Nos vamos a Galicia donde la reina de las sopas de invierno es el caldo. Lo principal es el caldo del cocido, aunque también podemos usar un caldo de carne. Agregamos berza – elemento básico -, patata y unas alubias. También admite algo de carne en la sopa. El resultado es un plato completo, rico y muy de temporada.

2. Sopa de cebolla (Francia)

Pasamos al país vecino de dónde es originaria una de las sopas más conocidas y populares en toda Europa. De entrada puede parecer un plato sencillo e incluso ligero. Porque, ¿cómo puede ser pesada una sopa con la cebolla como ingrediente básico? El caso es que, si nos ceñimos a la receta original con mantequilla, un poco de harina para ligar y sobretodo el pan frito con queso gratinado, light no seria su definición más exacta. Eso sí, es una sopa muy reconfortante y que siempre sienta bien. Una forma de aligerarla es sustituir la mantequilla por aceite de oliva y cambiar el pan frito por pan tostado. Pero no nos engañemos, no es lo mismo.

3. Sopa de chucrut y manzana (Alemania)

En las tierras de Frau Merkel podemos encontrar esta sopa que tiene el sauerkraut (col fermentada más conocida como chucrut) como base. La receta la vimos en el blog de nuestra admirada Anita Cocinitas y no nos hemos podido resistir a probarla. Si el chucrut de por si ya nos gusta, no digamos en forma de sopa. Un plato de claro carácter centroeuropeo, contundente, pero con el toque de la manzana para que no sea excesivo.

4. Zuppa di farro e fagioli (Italia)

Nos vamos hacia el sur y en Italia encontramos esta sopa que es capaz de revivir a un muerto. Y lo decimos con conocimiento de causa, porque después de una larga caminata por Roma bajo la lluvia y con temperaturas gélidas, entrar en un pequeño restaurante y encontrarse ante un bol de esta sopa fue como volver a la vida.

Desde entonces, nos hemos vuelto fans de esta sopa de verduras con alubias y farro, lo que vendría a ser espelta en grano. Su elaboración original es complicada, sobretodo en lo que se refiere al farro. Pero para prepararla en versión fácil sólo hay que sustuir este grano por trigo precocido que encontraremos en prácticamente todos los supermercados. El resto son verduras, alubias y caldo de carne.

5. Borscht (Rusia)

Ya que estamos hablando de sopas con un carácter tan centroeuropeo no podíamos dejar de lado la gran sopa del este de Europa: la sopa borscht. Se come en toda la antigua Unión Soviética aunque su origen parece ser ucraniano.

Nosotros la probamos fría en verano, pero ya intuímos que en versión caliente sería ideal para el invierno. Como muchas es una sopa de aprovechamiento, así que se puede hacer con todo lo que tengamos a mano. De hecho cada casa cocina su versión. El ingrediente principal es la remolacha -que le da el color rojo tan intenso- y carne de cerdo o ternera. Además suele contener zanahoria, col, cebolla y patata.

Se acompaña de smetana (nata agria), que podemos encontrar en comercios que tengan productos del este de Europa e incluso ya en algún gran supermercado.

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