43 euros por dos aguas y dos cafés: así son los clavazos veraniegos en Venecia

No hay verano sin sus clavazos. Esas cuentas abultadas en el chiringuito de turno, esa sangría de tetra brick cobrada a precio de champán, ese bocadillo rancio en el aeropuerto que cuesta más que un menú del día… Sí, en realidad, hay lugares en los que los precios absurdos no entienden de estaciones, y Venecia es uno de ellos.

Aunque seguro que hay lugares en los que se puede comer bien a un precio ajustado -hace años estuvimos por allí y más o menos lo conseguimos-, sentarse en una terraza de la Piazza San Marco es comprar muchos boletos para que la cuenta llegue con sorpresa.

Concretamente una de 43 euros por un par de aguas y un par de cafés. ¿Agua de litro y cafés de esos helados con mucha nata y cosas por encima que son caros en todas partes? Pues no, agua pequeña y un par de expresos.

Según leemos en Twitter, la broma tuvo lugar en el café Lavena, uno de los históricos de la ciudad. Y de donde, por cierto, es la foto que ilustra esta bonita historia aunque los protagonistas no sean ellos. O igual también lo fueron, pero de otro clavazo.

 

Un tema que se repite cada año, ya sea en un exclusivo chiringuito de Formentera, con un par de cañas en Donosti, o con un vermut a 4,5 euros que, aunque comparado con lo de Venecia suena a ganga, el año pasado acabó con la policía en el bar en cuestión.

Aunque la esencia del auténtico clavazo es que te pille desprevenido y donde menos te lo esperas, es verdad que hay lugares en los que los precios ridículamente altos casi se dan por hecho. Algo que lleva a hacerse la pregunta del millón: ¿Qué lleva a los turistas -son normalmente turistas- a sentarse en las Ramblas de Barcelona o en la Plaza Mayor de Madrid o en San Marco en Venecia cuando es evidente que se trata de lugares diseñados para, precisamente, clavar a los guiris despistados?

Cada vez que paseamos por Barcelona y vemos esas terribles paellas y las sangrías de litro nos lo preguntamos, pero todavía no hemos conseguido entenderlo ni dar con una respuesta más o menos lógica.

Y a vosotros, ¿cuál es el peor clavazo que os han dado en un bar o restaurante?

4 COMENTARIOS

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  2. No es un robo, no es una estafa, ya lo sabes si miras los precios antes de sentarte en las terrazas de los
    tres bares que tienen justamente las sillas de color amarillo (las que estuvimos mi esposa y yo,según foto
    adjunta) otras verdes y otras rojo.- Por la tarde en una hora concreta, hasta que cierran SI cuesta lo que
    yo pagué y muy a gusto que lo pagué, recuerdo 32 euros por una cervez y un zumo de piña.- Pero ¿por qué?
    de este presunto robo/abuso.- Os lo explico.- Por la mañana un café, una bebida etc cuesta 6 euros, lo mismo
    que frente a la Opera Garnier de París, (Zona exclusiva de la ciudad), pero por la tarde se duplica casi todo
    porque habréis notado quién haya pasado por la Plaza San Marcos, cada Bar tiene una Glorieta, que a partir
    de más o menos las siete de la tarde, cuando ya se ha puesto el Sol en Verano y hasta entrada la noche, si
    estuvimos sentados en una silla amarilla, y pagué hasta con Visa, porque nunca había pagado tanto por dos
    bebidas, pero ¿dónde está la gracia?, en que cada Glorita tiene 6 músicos con 6 instrumentos (piano de cola
    incluido) y van tocando arias, música clásica, de cine, etc . . . y lo hacen escalonado por terrazas porque así
    no se molestan una a la otra y van descansando. Esto lleva por mesa un incremento de unos 15 euros, es el
    pago a los artistas que lo pagas al sentarte y tomar una simple bebida, pero para mi esposa y para mi fue una
    experiencia memorable, resulta que en una de las ocasiones en que estaban de asueto, me acerqué a uno
    de los músicos, un violinista creo que era, y chapurreando mi italiano de bolsillo le dije: ¿Opera? y señalando
    a los demás me indicaba que el Sábado, era Miércoles y yo le dije con mis gestos italiano-españoles, que justo
    mañana Jueves, regresábamos a casa. . . él me hizo una señal con el hombro pero vi un poco de complicidad
    en su mirada con los otros 5 artistas.- LLegué a la mesa y a mi esposa le comento lo siguiente: «Bueno, el NO
    ya lo tenemos, a ver si HAY SORPRESA» Total que, a la media hora más o menos de esta conversación, mis
    oídos escuchan unas primeras notas ¡¡ va pensiero, sull’ali dorate; va, ti posa sui clivi, sui colli, 🎶. . . »
    Y al girarnos al unísono mi esposa y yo, vimos como los 6 inclinaban sus cabezas hacía nuestras humildes
    personas.- Una ola de endorfinas nos invadió nuestra atmósfera y nos hizo sentir que acabábamos de abrazar
    al mismo Giuseppe Verdi con nuestro corazón, porque los Coros de su Opera Nabucco son de las sensaciones
    preferidas que mi persona ha sentido y escuchado en mi vida.- La gente que pasaba se paraba frente a la Glorieta
    y llegué a contar casi 200 aplaudiendo al final de su interpretación, sellada y dedicada a la Familia Ferrer-Tasies de Sabadell, pues se saltaron el orden protocolario del Miércoles con una incisión sabática a la öpera pues sabían
    de nuestra marcha en unas horas de la encantadora ciudad de los canales ¡¡Valió la pena¡¡
    Fue como ir a escuchar un sexteto en vivo y en directo por 16 euros por persona en la misma Plaza San Marco de
    Venecia por más de dos horas, y dedicándonos una canción para nosotros y que de regalo nos ofrecieron gratis
    dos bebidas en nuestra mesa por regalo de la casa. bueno ¿que?, visto desde este ángulo, fué muy ¡¡Barato¡¡ ¿no?

    Durante sus viajes a Venecia, ciudad que lo vió morir,Wagner nunca faltaba a la cita cotidiana con Carlo Lavena.-
    Fue el mismo que dió fama al café, frecuentándolo desde su primera visita a Venecia y convirtiéndose en cliente habitual.Wagner normalmente se sentaba en la parte superior del café junto con su esposa Cosima , sus hijas y el suegro Franz Liszt – grande pianista y compositor – tomaba un tè con galletas o una copa de cognac.-.
    La mesita y las sillas originales que ocupaba han sido conservadas hasta ahora.Los biógrafos aseguran que entre estas mesas del café Lavena, Wagner compuso tantas páginas del Parsifal y del dueto de Tristán e isotta, como recuerda la placa conmemorativa al interno del local.
    Tantos músicos de aquella época, motivados por la fama del maestro alemán, se encontraban en el local formando un auténtico círculo cultural, de este modo el Lavena se ganò la fama de “café de los músicos”.
    Situado en la esquina más soleada de Plaza San Marco, el Café Lavena es desde el 1750, una de las más reconocidas tiendas de café de Venecia.- Por si faltaba poco, otro privilegio añadido al mío de 2012. Bueno, por suerte hay muchos lugares para tomar café por 1 euros incluso, en el mismo Barrio judío un Café.Bar que sirven comida Kosher, vi precios muy ajustados para los judíos,pero como es un bar dentro del barrio y ya no existe el Getho como tal, cualquiera puede entrar, yo me bebí un café en este lugar por cierto.-Un lugar muy agradables y muy significativo por lo que representa ¡¡Ya veis, hay para todos los gustos y colores¡¡

  3. Los clavazos son de siempre, no es algo nuevo. Recuerdo estar en ese mismo café con mis padres en el año 91 y le clavaron a mi padre por un café 700 ptas de la época, unos 4,20 €. Venía desglosado en el ticket el servicio de mesa, la vajilla y hasta servicio musical, porque había un cuarteto de cuerda en la plaza tocando…. Un palo

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