Siempre pasa lo mismo: cuando uno cree haber llegado a la cima de las tonterías de modas absurdas o de inventos sin sentido, alguien consigue dar un paso más y convertirse en la nueva estrella de la temporada.
¿Puede haber algo más absurdo que eso de beber «agua cruda» como defienden algunos en Estados Unidos, abanderando una curiosa mezcla de hipismo ecológico y espíritu emprendedor? Pensábamos que no, hasta que dimos con -atención- el agua con sabor a perrito caliente.
El invento es obra de Douglas Bevans, que se animó a montar su propio stand en una reciente feria en Vancouver, Canadá, e intentar vender su Hot dog water a nada menos que 38 dólares la botella.
Pese al cuidado diseño, a la promesa de ser agua sin filtrar y libre de gluten, y a que, para que no haya dudas sobre su sabor, se incluye un perrito caliente en el interior, por lo visto muchos de los visitantes del evento tuvieron la sensación de que Douglas estaba intentando tomarles el pelo.
Y es que, si el precio ya asusta, la lista de supuestas propiedades de este agua parece un chiste: aumentar la capacidad cerebral, el vigor, parecer más joven, pérdida de peso… Las típicas promesas de tantos productos milagrosos, pero en forma de agua con una salchicha dentro.
Look how healthy this stuff is. And only $37.99. What a steal! pic.twitter.com/V0xshSdPYi
— Nate (@BarstoolNate) June 20, 2018
¿Suena absurdo? Efectivamente, lo es. De hecho, todo se trata de una broma o, mejor dicho, un experimento realizado para denunciar la cantidad de tonterías que nos venden. Y a precios de oro con el pretexto de que son saludables.
«El agua de hot dog es el nuevo agua de coco», reza la divertida publicidad de este producto que, en realidad, no existe, pero cuya eficacia real es equiparable a muchos otros que sí se venden.
Lo preocupante del asunto es que muchos de los visitantes de la feria se sintieron ofendidos por el precio, pero no dudaron de que algo así pudiera existir. De hecho, nos quedamos con ganas de saber si llegó a vender alguna de sus botellas de agua. Carísimas, sí, pero éstas al menos llevan una salchicha dentro.
Si la gente paga mil euros por renovar el iPhone cada año, que es un ladrillo , éste ha dicho «al menos hay un nicho de mercado que es retrasado mental, donde pagan mil qué es una raya más para un tigre»… Yo ya estoy probando con las versiones morcilla de arroz, secreto ibérico y panceta plancha. Que «me se» acaban, señora!
Qué grande llega a ser la tontería.
Para la semana que viene esperamos algo así como ácido de miau de gato para matar las hierbas que seguro alguien se lo toma en serio aunque es broma.