El lujo tiene muchas formas. Acostumbrados a subastas de quesos con muchos ceros, a botellas de vino que cuestan una pequeña fortuna o a restaurantes que presumen de ser el más caro del mundo, en Japón está claro que juegan en otra liga: allí el verdadero lujo puede ser un racimo de uvas.
En realidad, la relación de los japoneses con la fruta es un tanto peculiar, como ya pudimos descubrir en nuestra última visita por allí. No es que, en general, sea bastante cara, es que productos como los melones de Hokkaido o las singulares sandías cuadras son directamente artículos de lujo pensados para regalar en ocasiones especiales.
Algo que, por lo visto, también ocurre con las uvas. No con cualquier uva, sino con la variedad Ruby Roman, que se cultiva desde hace una década en la prefectura de Ishikawa y que está muy cotizada. Tanto que recientemente se han llegado a pagar 1,2 millones de yenes -eso son unos 10.000 euros al cambio– por lo que algunos consideran el racimo de uvas perfecto.
Formado por 24 uvas, calculadora en mano, eso significa que se ha pagado por cada una de ellas más de 400 euros. Esta subasta es ya casi una tradición y, aunque este año se ha batido un nuevo récord, no es la primera vez que se pagan cifras demenciales por estas exclusivas uvas que solo se cultivan en Japón y cuya producción total para este año se calcula que será de unos 26.000 racimos.
¿Y qué tienen de especial? Posiblemente nada como para justificar ese precio, lógicamente. No obstante, los criterios para su selección son muy estrictos: cada una de las uvas del racimo tiene que pesar 20 gramos, tener un dulzor del 18% y un nivel de acidez muy bajo. Solo en ese caso pueden entrar a forma parte de este selecto club de uvas de lujo. Suena absurdo, ¿verdad? Posiblemente es porque lo es.
Por cierto, que se sepa, por ahora no se elabora vino con uvas Ruby Roman, pero solo de pensar a cuánto podría salir la botella es como para echarse a temblar.
Con las uvas de mesa no se hace vino, criatura. Las variedades de vinificación son de baya pequeña (la gracia está en el hollejo, y cuanto más pequeña es, mayor es la relación hollejo/pulpa).
Que locura ese precio.